Lo mejor, como dices la compañía. Y la buena compañía, como fue el caso, lleva

Lo mejor, como dices la compañía. Y la buena compañía, como fue el caso, lleva a la complicidad. Y para mí no hay mejor sensación en la vida que la complicidad. :)

Tras el descubrimiento de los blancos estoy ahora inmerso en el descubrimiento de los espumosos. Y como bien apuntas el Parisad fue una sorpresa positiva en todos los sentidos.

La otra lección que aprendes cuando mezclas (comparas) vinos de este nivel es que se producen situaciones "injustas" que dan un poco de pena. El Quincha Corral en solitario hubiese parecido un Virrey y seguro que hubiese entusiasmado. Pero la encerrona con el Amancio y el Catena Zapata lo dejó vapuleado al pobre. 

Otra "decepción" que espero subsane el tiempo y el aireamiento fue el L'Orée de Chapoutier, que yo pensé que iba a ser casi el triunfador de todo el Holocausto y se quedó un poco apagado.

Si quieres que polemicemos podemos hablar de las virtudes del decantamiento, que es lo único en lo que creo que no fuimos capaces de ponernos de acuerdo en todo el evento! :))

Y vaya labor Secretarial! Enhorabuena por esta primera parte!!