Venta de "vinos-cadáver" riojanos de antes del 2000.
Una conocida sala de subastas, fundamentalmente de arte y objetos decorativos, SETDART -tampoco pasa nada por decir el nombre- ha realizado en los pasados días una subasta de vinos. Había de todo un poco, algunas botellas de indudable mérito, pero fundamentalmente compuesta por grupos numerosos (7,10,12 botellas, y más) de vinos riojanos, reservas y grandes reservas de cosechas del último tercio del siglo pasado de Bodegas -algunas prestigiosas, otras más de "medio pelo"- con precios de salida más que sustanciosos y más todavía si tenemos en cuenta que dicha casa de subastas recarga el precio de martillo con una comisión del 25% sobre el remate, más IVA.
Cualquier buen aficionado sabe que, salvo muy escasas y milagrosas excepciones (algunas aquí comentadas por algún forero), los vinos riojanos antiguos, con origen normalmente en casi un 90% o un 100% de uva tempranillo no son especialmente indicados para largos procesos de guarda, pues casi todos los polifenoles, o taninos, necesarios para aguantar una conservación y su envejecimiento son suministrados por crianza en barrica de roble, siguiendo (o no siguiendo) la antigua normativa del Consejo Regulador de la Denominación de Origen respecto a años en barrica. Muchos años de crianza y el coste de los trasiegos a realizar al menos dos veces al año hacían la operatoria particularmente gravosa -desde un punto de vista financiero- y el estricto cumplimiento de la normas se convertía muchas veces en un tema a no tener demasiado en cuenta.
Pero la gente no es tonta y el resultado de la subasta ha sido absolutamente desolador, con la inmensa mayoría de los lotes sin comprador interesado.
No sabemos quién era el propietario de los vinos. Si un restaurante quebrado por la pandemia, con una pésima gestión de bodega, o algún señor que tenía su "bodeguita" en donde almacenaba año tras año botella tras botella esperando que su envejecimiento le llevase a una nueva fortuna; ignorando que el vino de La Rioja, salvo excepciones, está hecho para bebérselo en su momento.
Sea quien sea su dueño actual tiene dos opciones de destino para sus "botellas-cadáver" Reserva y Gran Reserva. Estas son:
A.- Destinar el vino a cocer peras (mejor de tipo "Conferencia") con palos de canela y azúcar morena. Son un delicioso postre para una comida invernal.
B.- Destinarlo a condimentar unos buenos estofados de ternera o para los más elegantes a unos espectaculares "boeuf bourguignon", que en el fondo es lo mismo.
Comida excepcional en invierno y en verano y si se combinan los dos platos ¡¡ SOBRESALIENTE !!
Aprovechemos bien los "vinos-cadáver" riojanos de antes del 2000. Es una pena que terminen en un sumidero.
Saludos para todos.
Javi