Pues puede ser @pepecano tiene toda su lógica, además me atrevería a decir que

Pues puede ser @pepecano tiene toda su lógica, además me atrevería a decir que no solo pasa con los aromas; en casa de mis padres siempre hemos tenido gallinas y gallos en el corral para consumo propio, recuerdo perfectamente un día que invité a un amigo a dormir y el pobre a la mañana siguiente me dijo que se había despertado muy temprano porque le había molestado el canto del gallo que para mí era algo inherente a mi vida y ni me daba cuenta.

Eso trasladado al vino, la verdad es que a mí los vinos estandarizados me dan aromas bastante homogeneos, con matices, con riqueza... pero siempre dentro de una paleta bastante predecible, eso me da seguridad y hay días en que me apetecen estos vinos. Por otro lado hoy tenemos la suerte de que si un día te apetece un vino "juguetón" lo encontramos, últimamente me atraen mucho los vino brisados en este sentido, aromas muy complejos, diferentes... variedades autóctonas recuperadas, como la escursac en Mallorca... pero siempre y cuando se elaboren sin una receta uniforme como antes: 25 días de maceración a 25 grados centígrados, 12 meses de barrica... me encanta el momento actual del vino, con muchos elaboradores que trabajan sin recetas estandarizadas, interpretando, experimentando, reflexionando... eso sí, siempre afronto estos vinos con la mente abierta, esa es la idea.

Yo creo que más que los enólogos estan acostumbrados a los mismos aromas es que estan acostumbrados a unas formas de elaborar muy similares y eso da homogeneidad en todos los sentidos.