En el sótano de casa
Buenos días Veremer's!
En la cabeza de muchos a la hora de visualizar una bodega piensa en la casita, las viñas alrededor y una tradición familiar. En resumidas cuentas una historia, una foto, una estampa...
Esa era en parte la idea de un amigo el cual ha iniciado un proyecto ambicioso y arriesgado, en tiempos poco deseables y en el que la lucha es constante.
Sinceramente la admiración es máxima, no sólo por atreverse sino porque ha empezado con unos pocos ahorros y una bodega colectiva donde otros "locos" como el han decidido dar un paso adelante, unos hacen experimentos, otros tratan de sacar un vino al mercado con medios escasos y una voluntad de hierro.
Escribo esto porque con su experiencia he sido consciente de la verdad de otras bodegas del país, de la dificultad que implica sacar un vino a precios no muy competitivos para tratar de sacar un proyecto adelante. Donde las grandes compañías pueden ajustar márgenes y dejar vinos a precios populares, otros han de ser mucho más imaginativos y vender el valor añadido, la pasión y el corazón, porque os aseguro que sin eso es impensable dar el paso que han dado este tipo de viticultores.
Alquilar unas parcelas, poder estar encima de ellas y elegir su momento de vendimia, para posteriormente trasladar a su pequeño rincón y elaborar con mucho sacrificio un vino.
Como digo, en mi cabeza y en la de muchos estaba esa historia, pero ver u vivir el día a día, la lucha para poder sacar adelante un proyecto, te hace ser consciente de la dificultad que conlleva éste tipo de proyectos, porque al final amigos en la estantería se encuentran todos reunidos con la única diferencia de una etiqueta y un precio.
Mucho ánimo a todos aquellos que sufren una situación similar, para sacar al mercado un vino digno!