Es el típico problema de las visitas a bodegas medio-grandes: visita genérica y

Es el típico problema de las visitas a bodegas medio-grandes: visita genérica y guionizada, guía inexperto, etc. Y si además están cerca de una gran ciudad o de una zoma turística, mád exagerado aún. El tinglado está montado como negocio en sí, no ya como un modo de darse a conocer.

Lo que está claro es que en cualquier caso, el conseguir que una persona te visite es un triumfo comercial tremendo, porque dejas una recuerdo en el cliente que difícilmente podrías dejar por ningún otro canal. El que te ha visitado te ve a partir de entonces con otros ojos. Además, si la visita está bien montada consigues que el cliente conozca todos tus productos, no sólo los más típicos.

Voy a poner un ejemplo personal. Hará cosa de un par de años visité la bodega Torres. Hasta ese día Torres era para mí la bodega del Sangre de Toro y del brandy Torres 5. Pero al salir de la visita había descubierto una gama amplísima y variadísima de vinos de mucha más calida, que por H o por B me eran completamente desconocidos antes. Mi imagen de esa bodega cambió completamante gracias a esa visita.