Es curioso porque estas alteraciones sensoriales siempre las hemos encontrado

Es curioso porque estas alteraciones sensoriales siempre las hemos encontrado sobre todo en la vista con el daltonismo o en el oído con el hecho de que ciertas personas no sean capaces de oír ciertas frecuencias (de hecho, cuando me pongo el termómetro yo no le oigo pitar, me lo tiene que decir mi mujer o mis hijos), pero en el olfato, que es quizás el sentido más "robusto" que tenemos no lo había oído jamás. En ese sentido, y en el ámbito de las percepciones sensoriales del vino, las, por llamarlo de alguna manera, discrepancias, en una sesión de cata creía que venían más por una cuestión de educación y experiencia sensorial que a temas genéticos.