A mi juicio y sin ser nada experto en la materia, el problema se genera en el

A mi juicio y sin ser nada experto en la materia, el problema se genera en el seno de un marco en el que conviven dos maneras de distribución, el vino a granel y el embotellado, con características y mercados absolutamente distintos y posiblemente, distantes. En el marco de Jerez se está intentando desarrollar un márketing basado en la calidad de sus productos embotellados, con el fin de conseguir una sustancial apreciación económica de los mismos. A tal fin, se potencian los aspectos estéticos de sus envasados, siendo la botella tradicional de vidrio uno de sus distintivos fundamentales. En este terreno, el BiB no tiene cabida, según sus estrategias comerciales y así, se dispone la prohibición de su utilización.

Pero simultáneamente, se ampara la comercialización de vinos a granel, con una gran implantación en su área geográfica y que desde luego, nadie plantea su eliminación. Si es factible la distribución de vinos a granel, ¿porqué no se permite la utilización del envase que mejor ha resuelto los problemas de conservación de unos vinos con vocación de consumo inmediato?

Pienso y puedo estar equivocado, que cada linea de distribución requiere los formatos que mejor se adapten a sus peculiaridades y en este sentido, la DO Jerez no ha resuelto adecuadamente su diversificación.

Saludos,