¿Uvas foráneas sí o uvas foráneas no?
Hubo una época en la que se arrancaron miles y miles de hectáreas de variedades nacionales para plantar cabernet sauvignon, cabernet franc, malbec, pinot noir, merlot...
Sin embargo, últimamente, muchos de los que entonces plantaron esas variedades ahora las arrancan bien porque no se han implantado bien, no han conseguido su objetivo comercial o el resultado enológico no fue el esperado.
¿Qué opináis? ¿Se adaptan bien las uvas foráneas a nuestro país o pierden su tipicidad? ¿Es buena la diversidad o deberíamos centrarnos en lo nuestro?
Saludos,