Llegamos a Elche a la 1:30h (salimos de Haro a las 18:15h)... un viaje largo en

Llegamos a Elche a la 1:30h (salimos de Haro a las 18:15h)... un viaje largo en km pero fácil en cuanto a carreteras y, sobre todo, increíble en cuanto a la experiencia. Si hasta ayer noche fue un muy buen encuentro (salvando el asunto del cambio de planes en Riscal), lo de hoy ha elevado la experiencia a algo casi místico: la atención de Alejandra y Matías (enólogo de Beronia), junto con el resto de la gente que ha colaborado para que todo saliera de rechupete, ha sido impresionante.

Matías me ha parecido una persona excelente, alguien con quien podría estar horas y horas bebiendo vino en una mesa, de tertulia y con quien no te cansas de hablar. Persona sabia, humilde y de trato afable. La generosidad con la que nos han tratado ha sido grandísima, sobre todo con esos Beronia Gran Reserva del 82 y Gran Reserva de 1973.

Subirme, desde la sala de barricas donde hemos hecho la cata, dos copas llenadas por Matías (una del GR 73 y otra del GR 82) y poder pasearme casi al lado del viñedo camino de la comida en la parte alta de la bodega, hacerme una foto con esos vinazos con el solecito de este mediodía, sencillamente, no tiene precio. Esto me ha permitido, además, ver durante las 3 horas de comida la evolución de esos grandísimos vinos: el 73, aunque no ha superado al portentoso 82, al menos sí ha mejorado muchísimo en todos los aspectos.

Por cierto, el lechazo en Beronia, espectacular, todo riquísimo, la lechuga de acompañamiento del mismo de película (crujientita y sabrosa)... un 10. Me habría gustado haberme quedado con Matías más tiempo pero había que volver para Elche y nos esperaba un largo camino de 7 horas conduciendo... de todas formas volveré ;)

En cuanto a Ramón Bilbao, me pareció muy buena la atención de Rodolfo y sus compañeras, todos volcados con nosotros, el juego de hacer un vino me pareció súper divertido, disfruté como un enano. La cena buenísima y, sobre todo, muy abundante, con tintes de autor por un lado y por otro muy tradicional en el plato fuerte de carne (también exquisita). Los vinos de Ramón Bilbao a su nivel acostumbrado (bueno/muy bueno) pero lo de tomar Mirto 2008 una copa, otra, otra, y ver la botella de Mirto pasando por la mesa como si fuera un vino de mesa y, se acababa una botella y traían otra de Mirto... no tiene precio: ver el vino "top" circular por las mesas como si fueran botellas de agua... fue un lujazo.

Para mí, Ramón Bilbao un 8.5 alto, Riscal me abstengo de darle nota y Beronia un 10.

A mí Beronia me ha sorprendido muy positivamente y lo siento por aquéllos compañeros que, teniendo pase para venir a Beronia, por circunstancias personales, no han podido venir.

Viva Ramón Bilbao pero, sobre todo, 3 olés por Beronia!!! :)