Uf, a ver, esta discusión la tengo con casi todos los viticultores de la Ribera

Uf, a ver, esta discusión la tengo con casi todos los viticultores de la Ribera.
En principio a mi me gusta que labren antes de las lluvias, después de la caída de la hoja, para mejorar el régimen hídrico del suelo, como tú dices. A estas alturas ya nada.
Pero a partir de ahí, no me gusta que labren demasiado.
Primero, lo evidente, por la huella de labor que genera un tractor (los paisanos dicen que siempre se ha labrado, cierto en algunas zonas, pero nunca se ha pasado por encima del suelo de la viña 10 veces al año con un tractor de varias toneladas).
Segundo, y en la que yo más me fijo, porque quiero mejorar la estructura fisico-química del suelo y evitar la erosión del suelo. Que un suelo pobre es el más indicado para la viña no significa que el suelo esté erosionado y que pierda su estructura fisico-química. Mejorar eso favorece enormemente la asimilación de nutrientes por parte de la viña, la porosidad, la consistencia, la estabilidad estructural, la permeabilidad y atención ¡la retención de agua!.
Tercero, aumenta la microflora y el desarrollo de lombrices y similares.
Cuarto, y esto no es científico, pero me gusta que haya vida. Y vida significa también depredadores naturales de los parásitos de la vid. Por eso me gusta que haya cubierta en la calle, y en las lindes del viñedo árboles, setos, flores, vida al fin y al cabo.
Quinto, en algunos casos hace disminuir el vigor de la viña, y en mi caso particular me interesa.
Mantener una cubierta vegetal, sea natural controlada o sea sembrada es una práctica más. Tiene sus pros y sus contras, como todas. Lo que tienes que hacer es ver tu caso y valorar de entre los pros y las contras qué tiene más peso. Yo prefiero en mi caso una cubierta natural e ir segándola (lo hago a pie con una segadora de esas que es un cable que gira).