Evolucionado en todos los aspectos me ha mostrado un trabajo serio y buena muestra que este vino es algo más que el hermano menor de Belondrade y Lourton, tiene personalidad.
Rico en matices maduros con fruta escarchada, manteniendo en todo momento buena acidez cítrica, muy límpio en boca con toque goloso en su ataque y salino en su postgusto, el paso es la transformación de ambos estados, con presencia frutal. Un vino que Rueda debería de mimar.
Color dorado pálido.
En nariz, de muy buena intensidad, fruta blanca, fruta tropical y flores, muchas flores de distinta gama y algún toque de monte bajo.
En boca tiene buen ataque, fresco, muy buena acidez y recorrido, resulta untuoso y tiene un final afrutado bastante largo. Muy rico y original.
Color amarillo palido muy poco evolucionado, el lagrimeo es denso e interesante.
Vino muy aromático, donde, según mi opinión, destacan las frutas tropicales, piña. Aromas ligeramente lácticos.
En Boca es aterciopelado, con acidez justa y perdurable. A descacar su entrada en boca, es elegante y fluido para llegar a todos los rincones.
Cata vertical de Quinta Apolonia de las añadas 2004, 2005 y 2006.
Color dorado pálido, brillante y reflejos verdosos más acentuados que el del 2004. En nariz la fruta es más intensa, tostaods bien presentes, sensaciones de hierbas del monte, notas florales suaves, ligeros toques ahumados, frutas de hueso (melocotón, albaricoque) y un final de fruta cítrica. En boca tiene buen ataque, buen recorrido, untuoso, un poco graso, fresco, taninos bien integrados en la fruta que le dan elegancia y personalidad. Precio alrededor de los 12€. RCP buena.
Considero que de las 3 añadas catadas, es el que mejor expresa la filosofía de "second vin" de Belondrade. Para repetir.
Vista: Color amarillo pajizo con reflejos verdosos, limpio y brillante.
Nariz: Aromas profundos y de buena intensidad de heno, hinojo, piel de melocotón y albaricoque, piña, notas melosas y un fondo de notas cítricas agradablemente refrescantes.
Boca: Es untuoso, graso, con un punto de acidez que le aporta una agradable frescura y una madera bien integrada que deja un recuerdo largo y prolongado.
Dorado pálido. Como es habitual más accesible que su hermano mayor. Este “segundo vino” de la casa muestra una nariz de buena intensidad, con un atractivo carácter floral (flores blancas), de miel de acacia y notas de fruta blanca y fruta tropical. Este año prácticamente no se percibe el paso por barrica. En boca tiene buen ataque, cuerpo medio, fresco, con buena acidez y buen recorrido. Sabroso, atractivo y con personalidad.
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