Cata vertical de Belondrade y Lurton de las añadas desde 1999 a 2005, ambas incluidas.
Amarillo intenso, con ciertas notas de oro limpio, brillante, lágrima densa y fina. En nariz es más suave que el del 1999 pero muy intensa, notas de fruta bien madura, tostados suaves, membrillo, mantequilla, frutos secos, orejones, fruta de hueso, finos aromas florales, pimienta blanca y ahumados. En boca es lo mejor, aunque tiene un punto alcohólico, los tostados son elegantes y agradables, bien integrados en la fruta, acidez notable, cremoso, untuoso, un poco graso, cuerpo bien estructurado, y en el fondo recuerdos de chocolate blanco. Tiene un final muy elegante y largo. Excelente

Amarillo intenso, brillante.
Ligera reducción inicial. Sensaciones cítricas, làcteos, maderas muy presentes. Repunte punzante.
En boca es seco, sabroso, con una acidez muy ligera. Paso marcado por las sensaciones tostadas de la madera, frutos secos, anís, hinojo y mantequilla. Estructura muy fina, casi débil. Buen recorrido y buena persistencia sobre tostados y herbáceos. En conjunto un vino algo delgado y demasiado maderizado para mi gusto.

Nueva cata de este vino aprovechando una vertical del mismo del 97 al 02. Sin duda (aunque no por demasiado margen) esta es la añada más floja de las probadas en mi opinión. No por falta de potencia, estructura, concentración o demás valores teóricamente positivos sino por que es el vino más bajo en acidez y en el que en mi opinión más destaca el alcohol en boca tanto como sensación ardiente como dejando un retrogusto dulzón y pesado. Un estilo de vino blanco que cada vez me gusta menos. Aún así estoy seguro que puede gustar o incluso encantanr a muchos, tiene propiedades suficientes para hacerlo.

Nada que añadir a tantos y certeros comentarios.
A mi me parecio en nariz un gran vino blanco, pero en boca le note demasiado amargor, eso es lo que motiva que lo puntue más bajo, también el precio influye ya que cuesta sobre 16 €, el corcho muy bueno un 8.

La última botella que guardaba. Había subido un tanto de color, más en la gama del amarillo/dorado. Nariz intensa que también he encontrado cambiada, mermelada de ciruelas amarillas, membrillo, miel de acacia, albaricoques, flores amarillas, caramelo de miel y limón y suaves toques de azucar quemado. En boca suaves recuerdos de madera, no se puede decir que resulte un vinito de esos fresco y ligero, untuoso y graso hasta el punto que la notable acidez queda compensada. Toques de regaliz. Cuerpo, estructura y notable persistencia. Se nota la crianza pero a mi no me molesta. Magnífico.

Having tasted this wine one year after I did so initially, it has improved greatly. Furthermore, I tasted it in two periods: the first when it had just been opened, with a predominance of the wood over the fruit. And again three days later after emptying. After these three days, the wine was replete, with very subtle wood, a good presence of the fruit, notes of smoke and damp earth accompanying a balanced and round wine. I would recommend not to drink this wine during the first year and decant it a couple of hours before drinking for maximum enjoyment.

He probado este vino en dos ocasiones en un intérvalo de unos seis meses. En ambas ocasiones en condiciones de cata pero no en las condiciones habituales y en ambos casos con impresiones similares. Tampoco se ha oxigenado en exceso el vino en esas ocasiones. Todo esto para decir que mi opinión sobre el mismo puede ser incompleta. En nariz destaca notas muy maduras (miel y membrillo) dominadas por las de crianza mantequilla, madera, café, ahumados. Dando una impresión de pesadez que se confirmará en boca. Es untuoso, glicérico, amplio, con cuerpo, algo justo de acidez, con un final persistente pero alcohólico y dulzón. A ciegas podría ser una Garnatxa Blanca Prioratina con madera (o el Quintà de B. Forés). Es un tipo de blanco que cada vez me gusta menos. Mucho más de mi gusto el mismo vino pero del 99

Vuelto a catar el vino un año después de la primera vez, el vino ha mejorado muchísimo. Además, lo caté en dos periodos: el primero recién abierto, con predominancia de la madera sobre la fruta. Posteriormente, transcurridos tres días aunque habiéndole heho el vacio. Tras esos tres días el vino estaba pletórico, con la madera muy sutil, la fruta muy presente, notas ahumadas, de tierra húmeda acompañando un vino equilibrado y redondo. Recomendaría no beber este vino en el año y decantarlo con un par de horas de antelación mínimo para disfrutarlo.

Amarillo oro, ribete acerado, en nariz destaca la madera y notas de café. De entrada discreta, evoluciona bien para dar paso a un final flojo y amargo. Un vino poco tosco.

La nariz es fragante aunque no de mucha intensidad: cítricos, manzana, membrillo, acompañados por notas de madera muy bien integrada. En boca es largo, con peso, no exento de elegancia, aunque sin emocionar.