Aprovechando la verbena, abro este Etim 2002, formato magnum. Tenía mis reservas sobre el estado y vida de este vino, pero la verdad es que iba bien errado. Bien sea por el formato o por su conservación, este vino está aún en forma.

Visual: Cereza de media capa.
Nariz: Intensidad media-alta, frutas rojas, tostados, balsámicos.
Paladar: suave, frutal, aún con una cierta astringencia en la parte alta. Final medio.
Muy rico.

Picota oscuro de capa alta.
En nariz le cuesta abrirse pero muestra frutas rojas de intensidad media. Sin mucha complejidad.
En boca muestra otra vez frutas rojas no muy maduras, un toque especiado y menos mineralidad de la esperada. Taninos pulidos y más acidez que otros vinos de la zona.
Gana bastante a la hora y media y se va abriendo.

Tan denso que tiñe la copa, muy equilibrado, ideal para una comida larga en la que el vino se vaya abriendo y puedas disfrutar de sus cambios. Buena RCP.

Vista: Rojo picota con ribete violáceo. Capa alta y lágrima densa.
Nariz: Cerrado al principio y de intensidad media y franca. Cuando se abre, aparecen aromas de fruta negra madura, con notas minerales, balsámicos y otros toques tostados de la crianza.
Boca: Con personalidad, cuerpo y potencia pero, a la vez, muy equilibrado. Seco y con taninos vivos, pero no agresivos. Agradable amargor final que lo hace largo.
Interesante vino de Garnacha, con personalidad y una buena RCP (9,30€). Imprescindible su aireación previa.