Un valor seguro.

A pesar de tener una graduación "exagerada" para un blanco, nada menos que 14,5 grados de alcohol, este vino esta en muy buenas condiciones.
Es muy similar al 2010, con la única excepción de ser un poco más fresco y frutal, aunque con menos acidez.
El color es amarillo dorado claro.
Los aromas son de mediana intensidad donde sobresalen los frutos blancos y amarillos muy maduros, también hay confituras de frutas, vainilla, flores, toques de crema catalana.
En boca es sabroso y fresco, el paso de boca con muy buen equilibrio y frutosidad, buena la complejidad, recuerdos florales y frutales, final con buena persistencia.
Como siempre muy agradable y muy bien hecho.
Mejorará bastante con el tiempo en botella.

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