Un año y pico después.

Otra botella disfrutada y usada para la misma ocasión que el Carlos Plaza Roble 2010.

Este vinazo se encuentra en un momento admirable y digno de todo elógio. Las sensaciones en general han quedado plasmadas en las dos catas efectuadas anteriormente, pero hay que añadir el gran comportamiento de éste. Un caldo que no excede de los 8-10 € y tiene esa estructura, cuerpo y sobre todo redondeo, no es muy normal encontrarlo en la Península Ibérica.

Riquísimo vino y con una excelente RCP. Grande el comportamiento en más de dos horas de comida.