Dentro del marco de la excelente añada 2009, su responsable Bertrand Erhard, está convencido de que va a dar que hablar y mucho.
Es de color rojo picota de capa media-alta aunque más tirando a la oscuridad. Muy glicérico, con una lágrima densa y tranquila.
En nariz el ataque especiado que luego se convierte en golosina de fruta del bosque. Aromas de tierra y dulces de anís. La aireación nos trae recuerdos de licor de bombón y más notas anisadas.
Tostados ligeros, cacao y vainilla destacan en boca. De paso ligero pero con buena presencia y acidez equilibrada, más presente en el postgusto. Es fresco, con notas finales a guinda y muy buena persistencia en boca. Con oxigenación nos trae canela y un punto licoroso de cognac fino.
Estoy convencida de que desarrollará más complejidad en el tiempo que le queda de botella antes de su comercialización y que en un par de años va a estar tremendo. Habrá que seguirle la pista.
Uno de los vinos presentados el pasado 18 de abril en la cata-presentación que Bodegas Montecastro realizó en Lavinia.
Este vino todavía no está comercializado, saldrá a la venta el próximo mes de septiembre.