Color picota granatoso con ribete evolucionado.
Nariz de buena intensidad y con aromas de flores, cuero muy suave, notas de desván, pulverulentas, fruta roja madura, kirsch... Es un vino muy perfumado, cambiante, complejo, bien definido y con una nariz sugerente.
En boca tiene una buena acidez, el tanino está perfectamente domado, dando cuerpo y cremosidad al conjunto, con un fondo de violetas muy rico.
Sorprendente este vino macedonio que catamos y disfrutamos a ciegas. Una maravilla, por los 30 y pocos euros que vale, merece la pena adentrarse en este syrah mediterráneo tan bueno.
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