Como comento, un vino correcto, para los amantes de las maderas y terciarios, con una RCP bastante buena para ser un Reserva Ribera.

Botella bordelesa de gollete ancho y alto. Corcho flojo, estaba aparentemente bien pero al descorchar se ha partido y desmenuzado con facilidad.

Visual: rojo picota ligeramente amarronado, capa alta, ribete atejado, limpio y más bien opaco en el color.

Nariz: fruta roja y negra muy madura de intensidad media y en licor, uvas pasas. En un plano más presente tenemos maderas nobles de diferentes tipos, balsámicos y mentolados muy potentes y amables, especias como el clavo, pimienta y el almizcle. Terciarios muy presentes: ahumados, cueros y, sobre todo piel de animal muy presente aunque nada desagradable. Notas oxidativas a vino bastante evolucionado. Los aromas terciarios se equilibran con la fruta y la madera con el tiempo de descorche (inicialmente los terciarios se notan con diferencia).

Boca: entrada licorosa, potente pero, a la vez, fácil y agradable. Se notan los terciarios y notas oxidativas también en boca. Maderas de roble en boca (algunos lo llamarían maderazo aunque a mí no me desagrada). El final es agradable pero es medio tirando a corto. La retronasal es media y agradable aunque sigue insistiendo en los cueros, pieles y ahumados.

Un vino sin mucha fruta. Quien quisiera fruta debería haberlo consumido entre 2006 y 2009. Actualmente (mediados de 2011), está en buen momento de consumo pero con bastante poca fruta. En momento óptimo de consumo para aquéllos amantes de los vinos evolucionados, viejos, con notas oxidativas y terciarios.

La RCP de este "top" de García Carrión es buena teniendo en cuenta que es un Reserva Ribera (la mayor parte de Riberas de Reserva suelen, como mínimo, multiplicar por dos el precio de este vino).