Intenso y pleno, con taninos sin pulir, algo secos pero no agresivos, y -en esta etapa- 2004, madera muy presente, que marca algo excesivamente el final amargo y dulce al mismo tiempo. Puede mejorar con la madurez.

Desde 2007 a 2018,

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta.
Aromas intensos, toques florales iniciales de violetas que van tornando en frutas rojas del bosque, un sutil fondo balsámico, hierbas aromáticas, un ligero recuerdo animal, carne cruda, pimienta negra, ahumados, café en grano, tabaco y regaliz. Siempre limpio, muy complejo y realmente encantador.
En boca es un vino fino, sutil, equilibrado, con acidez, de paso firme y redondo, mostrando amplitud y seriedad, con un final de frutas en licor y especias, dejando una placentera sensación tánica perfectamente integrada. Buena persistencia. Un vino que parece estar en un momento perfecto de consumo y con perspectivas de mejora.
¡Fantástico vino! Nos encontramos ante un gran Saint-Emilion, un vino realmente encantador por su proverbial balance de sabores y sensaciones, por su gran equilibrio de registros, un auténtico gran vino de su zona indudablemente. Se puede conseguir en torno a los 50 euros y en ese precio es desde luego un vino más que apetecible. Buenísimo.