Continuo hablando de este vino. Después de su primera cata, sobró media botella que cerré con un vacuvin. El caso es que la botella la dejé aparcada en la bodega y me olvidé de ella, también pensando que no me había hecho mucho tilín.
Pero a los 15 días, madre mía, ha cambiado mucho. En nariz está casi igual, pero en boca se mostró mucho más concentrado, goloso, intenso, cambiado, pero a mejor. Fruta madura, amermelado, equilibrado.
Lo recato, lo repuntuo y lo comento.
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