Continuo hablando de este vino. Después de su primera cata, sobró media botella que cerré con un vacuvin. El caso es que la botella la dejé aparcada en la bodega y me olvidé de ella, también pensando que no me había hecho mucho tilín.
Pero a los 15 días, madre mía, ha cambiado mucho. En nariz está casi igual, pero en boca se mostró mucho más concentrado, goloso, intenso, cambiado, pero a mejor. Fruta madura, amermelado, equilibrado.
Lo recato, lo repuntuo y lo comento.

Rojo cereza de capa media, ribete granate, limpio y brillante.
Intensidad media, buena fruta roja en un primer plano, notas de la crianza que no abruman (avainillados y especiados) y notas de hojarasca.
Paso de boca fresco, gustoso, sin mucho cuerpo, tanino equilibrado, recuerdo medio-bajo. Un poco corto en boca, mejor en nariz. Aceptable.

Le falta cuerpo y complejidad pero no está mal. Habrá que buscar otros ejemplo de la Juan García para ver hasta donde llega esa variedad.

No es caro, creo que me costó sobre los 5-6 €.

La botella respecto a los jóvenes es unos cms. más alta, la etiqueta es blanca y guardando la misma línea moderna.
Cereza de capa media con el borde ligeramente violáceo.
Aroma no muy intenso pero si definido, de crianza clásica, con notas terrosas, pulpa de ciruela roja y brevas, lo mejor, las finas especias que lo envuelven tipo canela en rama.
Ligereza en el trago por una parte pero con una sensación de dulzor de la fruta realmente grata, cosa que lo hace sabroso, tiene buena acidez y tambíen se muestra algo térreo.
Un crianza fácil de entender, pienso que es buen ejemplo.