Rojo granate de capa alta.

Intensidad aromática alta. Refaliz, lácteos, fruta negra madura, aromas florales (¿Violetas?) y algún aroma de reducción.

En boca es equilibrado y delicioso, excelente ataque y recorrido. Se percibe muy afrutado y algo floral. Postgusto agradable, pero no muy persistente.

Está muy vivo tras 4 años, sin crianza. Momento excelente de consumo. Vino poderoso, con cuerpo, hay que tomarlo a una temperatura adecuada, unos 12ºC. Con una evolución muy interesante desde que la abres.

Si el blanco era excepcional, este tinto no se queda a la zaga.

Cereza oscuro de capa alta.

Nariz intensa y franca, con gran presencia de frutas negras maduras, pimienta, minerales, licor y atisbos vegetales. De fondo unos lácteos que van emergiendo, ganando presencia, de la mano de unas tímidas violetas que también van perdiendo la vergüenza.

En boca no es ni gordo ni delgado: es esbelto. Tánico, goloso, mantecosillo, deja notas lácteas y licorosas en forma de crema de orujo. Buena acidez. Un vino equilibrado.

Notable persistencia.

Esos deliciosos lácteos que aparecen tanto en nariz como en boca, para mi conforman su característica más destacada.

Me he divertido mucho con la juventud, la fuerza y el carácter de este Alumbro.

Segun el elaborador es la niña de sus ojos, por encima del blanco de Godello, para mi gusto por encima el Godello.
Es un vino joven con la pretension de ser fresco y lo consigue, la temperatura es importante, como lo tomes un poco subido de temperatura parece un maceracion carbonica, incluso con ese pelin de carbonico en la lengua, a lo que lo bajas de temperatura es un vino para disfrutar. La fruta esta muy presente en nariz con un fondo mineral y un recuerdo floral.
En boca la fruta vuelve a ser la protagonista, con buena acidez y frescura y una persistencia media.
Un vino muy agradable en estos tiempos de calores a lo que se suma un viñedo biodinamico que es un valor añadido.