Increíblemente vivo

Este vino lo he probado varias veces y parece que lo único que cambia es la sedosidad en boca, cada vez más acusada. Y lo que no cambia es su personalidad.
A pesar de tratarse de Garnacha, apenas aparece evolucionado, con bastante capa. En nariz es un vino muy maduro, principalmente especiado ( pimienta, canela, clavo), y un equilibrio envidiable con notas de cacao, algo de café, ciruelas en compota, también ciruelas pasas, toques de tabaco y un pelín balsámico. En boca es potente, profundo, sabroso, con mineralidad, de tanino suave y abundante, con nervio y estructura intactos pero cada vez más ensamblados, lo que conforma un conjunto muy agradable.
Sorprende este vino de una garnacha que no es vieja, pero que se ha trabajado en viña para lograr un producto que se trabaja con maderas nobles que no son nuevas pero de una elegancia innegable. Y también sorprende que tras 8 años se mantenga en una cuesta abajo imperceptible que le acerca al mejor clasicismo en la crianza en una denominación asociada a grandes volúmenes y bajos precios.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar