V: Dorado tirando a oro viejo
N: Miel y orejones, con un ligero toque de keroseno y pizarra. Algo cerrado inicialmente, pero al abrirse salen toques balsamicos y frutos secos, aumentando mucho su complejidad a medida que iba pasando el tiempo (y calentandose, lo que no le venia muy bien al vino...)
B: Fresco y equilibrado, buena acidez, algo mas ligero en boca y con menor longitud que los Inniskillin.

Este tipo de vinos (si se les puede llamar así pues su graduación alcohólica es de 6.5%), los Eiswein, son sencillamente otra dimensión del vino, inicialmente la sorpresa de su tapón al estilo de una cerveza, con una chapa de acero y color acero pulido, ya eso te deja descolocado, lo dejé airear durante 2 horas aproximadamente y posteriormente a copa, en nariz me dio un claro matiz a miel de flores, flores marchitas, sensaciones minerales, y una buena paleta de frutas del tipo chirimoya, lichies, melocotón, piña, etc. Pero lo mejor de todo es lo evocador que es, juega contigo que si ahora aparecen notas de hongos y se van, champiñones que llegan y se marchan, un auténtico reto y una verdadera maravilla, la diversión está asegurada, eso os lo garantizo, pero no os lo llevéis a la boca pues cuando entra es una verdadera locomotora, te recorre una electrificante acidez desde la cabeza a los pies, y literalmente te quedas rígido como si te hubiera recorrido un rayo, en la boca las distintas capas se van sucediendo con una longitud y una persistencia enormes.

Este Eiswein es para lo que quieras, es juguetón, evocador, sensual, un gran pensador y sobre todo una magnífica compañía. Este tipo de vinos es de esos que también hay que probarlo, aunque sea una vez al año.

Ahí queda recomendado.