La segunda vez cambia.

Amarillo pajizo. En nariz cítricos, fruta tropical, fondo de flores blancas y algo de bollería. Pasado mucho rato, cuando la botella estaba casi seca aparecieron unos aromas tostados.

En boca el paso es ligero, dando cítricos, limón y piel de limón haciéndolo un vino más que agradable. El retro normal, confirmando los cítricos.

Es la primera botella que pruebo de este vino, anteriormente fue una copa en una cata, y la sorpresa ha sido muy agradable. La primera vez me pareció un vino algo ramplón, pero esta vez ha dejado muchos matices. Sin ser la octava maravilla del mundo es un vino estimable. Su precio, 13€ lo hace asequible y buena alternativa a los kabinett alemanes de su gama, siendo algo más seco pero sin llegar a los niveles de los alsacianos.

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