Un Barbaresco para la historia

Rojo rubí, ribetes rojizos, casi anaranjados, capa media.

Nariz de media intensidad, fina, de una elegancia suprema. Destacan los deliciosos toques florales y esas cerezas en licor intrínsecas a los grandes nebbiolos. Además y con el aire vamos percibiendo esas maravillosas notas especiadas de clavo, curry y nuez moscada, los aromas balsámicos, los chocolates finos, el tabaco cubano, la caja de puros, los toques térreos. Elegante, complejo, espectacular.

En boca es una verdadera joya. Equilibrio absoluto. Con una estructura apabullante, una enorme y marcada acidez, mucho cuerpo pero mostrado con ligereza y un final largo, profundo, persistente, que nos deja notas frutales, balsámicas, florales y especiadas. Tanino perfectamente integrado, presente, que se mastica, pero siempre con una nobleza increíble. ¡Que delicia de vino!

Si ya de por sí este vino es la cumbre del Barbaresco, le añadimos su condición de riserva y además procede de una añada especialmente destacable, el resultado es evidente: un Barbaresco para la historia. El gurú James Suckling le otorgó 100 puntos. No iba para nada desencaminado. Los alcanzará con unos años más. Ahora es casi perfecto. Unos 160 euros. Si pudiera, no faltaría en mi bodega.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar