En el Mundo del Vino,pasa lo mismo que en cualquier otra profesion o disciplina cuanto mas profundizas mas te que da por aprender.
No conocia a Pascal Doquet,pero David del Rest El Padre,me lo "presento".Madre mia que vinazo.
Este Le Mesnil del 96,es seda,pura elegancia,complejidad,acidez,color añoso dorado,bolleria,frutos secos,crema,citricos...Una Joya.He buscado Le Mesnil 2002,para guardar varios años.
Indispensable.

Elegante, inmenso sobresale ante todos los demás. Hueles la copa en plena burbuja y no pica, es pura delicia. Pese a sus aromas complejos a frutos secos recién tostados,levadura, es fresco y delicado, te empuja a beberlo. Hay toques de mineralidad pero distinta. Notas lácticas, cremosas junto a toques cítricos.

En boca es grandioso, sale toda la nariz, serio, seco, te abre todas las papilas. Es algo salino, cremoso y muy persistente,hay manzana asada,mantequilla,almendra y humo, todo ello apoyado en la elegancia. Su evolución en botella es magnifica, no aparece cansado,es más diría que le ha sentado bien, se muestra vivo y con carácter. Te deja con una sensación de frescura y de complejidad. Invita a reposar, a tener una conversación tranquila ante las personas que quieres.

Degollado el 21 de julio de 2009.
Color amarillo pajizo, limpio y brillante y con una burbuja pequeña. Muy glicérico.
Aromas muy definidos desde el principio, entre los que observamos frutas blancas, algún leve tono cítrico, hierba, sobao (quizá por los toques a mantequilla) y almendras.
En boca tiene peso y estructura, aunque al mismo tiempo resulta fresco debido a su gran acidez. La burbuja es pequeña, punzante y no muy persistente. Boca muy precisa, con sabores a manzana, mantequilla, bollería y madera húmeda. Gran fondo mineral.
Final duradero con recuerdos florales y tonos lácteos.
Un vino en plena forma, con notas muy definidas y realmente encantadoras, que guarda un equilibrio perfecto entre frescura y esqueleto. Elegante y fino como pocos. De lo mejorcito que he probado en mucho tiempo.

Los vinos millesimé 96 de la Champagne...avanzan a su ritmo particular; diez meses después, este Mesnil de pureza incontestable se muestra algo más fino en nariz (mantequillas y cítricos dominan el bouquet), sensiblemente más redondo y sedoso en boca, exactamente con la misma acidez punzante, estructurante y organizadora del resto de elementos y, globalmente, más elegante y placentero.

Arrasa las papilas, prepara la boca para el siguiente bocado y aguanta sobradamente unas albóndigas de buey, un solomillo de vaca y unos huevos con patatas y foie, como si del más corpulento vino de Burdeos o el más pesado de Toro se tratase.

Y tendrá una vida larga; y evolucionará despacito y con buena letra; y seguramente cuando entre en ese periodo dorado -previo al inicio del fin- de miel, pasteles y mantequilla de los grandes Chardonnays...o ya no quedarán botellas...o ya no estaremos aquí para disfrutarlo.

Espectacular.

Decantado veinte minutos antes de degustación. Color amarillo dorado no demasiado intenso,reflejos verdosos; espuma delicada y persistente, burbuja fina, de discreta continuidad.

Aromática de acusada tipicidad: Chardonnay maduro de Le Mesnil / Borgoña maduro; mantequillas y cítricos perfectamente equilibrados en una sinfonía de tostados, frutos secos, yogur natural, cuajada y muchas flores. Escasa fruta blanca, abundancia de limón y sus confituras.

En boca sorprende su marcada acidez, que lo vertebra y lo dota de entidad, sapidez, frescor y larga vida. Para mi gusto, esta acidez que aporta gran calidad, sensación de placer y facilidad para beber este vino, le resta finura; creo que dentro de unos años podrá desarrollar la elegancia y finura que le falta. En cualquier caso, enorme. Y muy buena compra.

Le Mesnil sur Oger es uno de esos terruños inimitables, en él la chardonnay se expresa con enorme profundidad presentando una mineralidad realmente emocionante.

Este espumoso de color dorado brillante presenta una nariz amplio, con mucho volumen, en la que encontramos un carácter más bien ligero y moderno, con toques de lima y algo de flor blanca sobre las notas más maduras, con algo de frutos secos y un toque de levaduras. Hay también algún recuerdo ahumado y suaves toques tostados.

En boca tiene buen ataque, el paso es ligero, bastante cremoso, con muy buena integración de la espuma, una excelente acidez, de corte cítrico que es el elemento vertebrador del paso por boca, una trama excelente y notable longitud. En el retronasal acaban apareciendo ligeros toques de peras y algo de canela.

Habiendo cogido las riendas del 'Domaine' en 1995 este 96 es un vino de transición hacia el tipo de champagnes que Doquet busca....

Amarillo dorado limpio y brillante, burbuja media y abundante.

En nariz es un portento de definición, tipicidad y seriedad. Intenso y profundo, nos da unos tenues toques florales, un fino recuerdo de frutas blancas frescas muy penetrante, en especial melón y manzana verde, un fabuloso fondo mineral muy marcado y ese tremendo carácter cítrico que solamente poseen los vinos de este fabuloso cru. Austero, profundo y brutalmente varietal, con una tipicidad arrolladora.

En boca sigue dándonos un curso de los que debe ser un Mesnil. Acidez sencillamente devastadora. Es un cuchillo. Pero un cuchillo de seda. Limpio, perfectamente definido, como cortado por láser. Final largo, profundo, eterno. Deja recuerdos minerales, frutales y sobre todo cítricos, de lima y pomelo. Carbónico maravillosamente integrado. Para guardar años, ahora es un potro desbocado…pero que bueno!!!

Pascal Doquet es uno de mis RM´s favoritos de toda la champaña. Si su blanc de blancs NV es excelente, este millesimé 96 ha superado todas mis expectativas. Un cañón, pura esencia de Le Mesnil. ¡Que acidez! ¡Que bueno! Este vino supera en mi opinión a muchos champagnes que le triplican en precio, ya que cuesta 45 euros. Quizá lo mejor que he probado en este rango de precios. Realmente sublime.