De color rubí rojizo de capa media, muy estable, reflejos amarronados y cobrizos, luminoso, limpio. Borde atejado, amplio, con marcada diferencia con el menisco.

El colmo de lo etéreo y fragante. Un Tondonia de factura extremadamente clásica, con un deje alicorado y aromas de fruta macerada, ciruelas, cáscaras de naranja, y un rastro aromático de vainilla finísima que va ganando en intensidad a los pocos de minutos de descorcharlo. Aparecen notas de anises estrellados, flores marchitas, hojas de té verde, salvia, y un sinfín de registros dulzones a melaza y tabaco rubio. Cada vez más complejo e íntegro, profundo, de enorme pureza.

En boca se presenta ordenado y con un grado de redondez difícil de creer. Fresco, maduro, amplio, de taninos sedosos y un rastro lejano de fruta roja muy reducida, casi inexistente. Qué belleza!!! Su aparente ligereza es un espejismo. Éste viene de fábrica dotado con todos los accesorios.

Nos ha encantado este gran reserva de 1981, un vino para disfrutar, en su punto óptimo de consumo, mostrando las señas de identidad de la bodega. Entre los mejores tintos de las últimas décadas, muy accesible ya en estos momentos y con destellos de gran calidad. Quizás no tenga las posibilidades de guarda de las añadas como 1985 o 1994 pero a quién le importa!!!

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/09/vina-tondonia-1981-gran-reserva.html

     Viña Tondonia es la imagen de marca de López de Heredia, el nombre que figura en el edificio residencial de la bodega y un tinto de gran fama que, quizás, ha sustituido al antiguo Viña Medokkia, por lo que toca al estilo. Este gran reserva del 81, como el amor, es más fuerte que el tiempo : el color rojo rubí con destellos atejados no denota para nada la edad respetable del vino. De gran complejidad y elegancia, tanto en nariz como en boca, nos prodiga sus notas terciarias : algo de guinda en licor y algo de ciruela pasa, sobras de una juventud, pero sobre todo un sinfín de recuerdos de hojas de té, de paloduz, de nuez de coco y de tocino ahumado. Todo se va matizando y alargando, trago tras trago, hasta sacarnos las lágrimas. En cuanto a su textura y a la impresión que deja, digamos que tiene mucha clase, mucha raza - definición, delicadeza, equilibrio, profundidad - y que es comparable a un Margaux de antaño. Si el perfil de Viña Bosconia recuerda a la Borgoña, Viña Tondonia nos permite pasear por el lado del Médoc, un Médoc de los años sesenta, milagrosamente preservado de los tecnócratas de laboratorio.

Catado en vertical 1954, 1968, 1981, 1991.
Visual picota.
En nariz, mucha fruta roja, especias, toques medicinales.
En boca, excelente acidez, fruta roja ácida, muy joven.

Visual: rojo teja de capa media.
Olfativa: sotobosque, laca de uñas, acetona, cuero, notas terciarias.
Gustativa: pasó medio, buena acidez, goloso y retronasal medio.
Un vino del que disfrutar ahora o aguantarlo el tiempo que queramos.

Catado en vertical 1954, 1968, 1981, 1991.
Mayor peso y cuerpo que los anteriores. Muy buena acidez y paso por boca glicérido.
Es cremoso en nariz, con toques balsámicos y predominancia total de ahumados y torrefactos. Ya algo falto de fruta en nariz.

Especias, madera, humo, frutillos rojos, agrio-florales marchitos. Es algo diferente a los anteriores catados, pero muy agradable. En boca es fino, ligero, muy bien integrado, largo. Buen paso por boca. Vivísimo.

De los Tondonias me apreció este vino de bonito color rojo rubí de capa media.
En nariz aromas avainillados y lácteos, algún floral muy tenue.
En boca destaco su delicadeza, su paso de boca sutil y armonioso que se conserva en un buen nposgusto final.

Rubí/teja de media capa. Tiene una nariz intensa, expresiva, con notas barnizadas, algo de aceitunas, toques de caramelo, algo de flor morada y un fondo tostado. Tiene buen paso por boca, resulta bastante secante, con muy buena acidez, hay sensaciones tostadas, buena estructura y bastante longitud.

Rubí de media capa con destellos teja. La nariz es atractiva, con un marcado carácter floral, lo que no dejó de sorprenderme, con notas de flores roja, hay también torrefactos y un fondo de barnices. En boca tiene buen ataque, resulta ligero, suave amargosidad, con buena acidez y muy buen recorrido.

Vuelvo a probar este magnífico vino, aireándola media hora, que creo que ya es suficiente para paladear a gusto la elegancia de este gran vino. Es un vino para disfrutar, tomado para almorzar con embutido, no solo disfruto de la suacvidad y la seda que es, sino que se perciben unos aromas a frutos y madera dignos de resaltar.