Martín Berdugo Crianza 2018
Martín Berdugo Crianza 2018
FICHA TÉCNICA
Bodega
Martín berdugo
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Graduación (vol):
14,50%
Varietales:
Tempranillo,
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 10 a 19,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
8.46
/
92
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
8,2
ELABORACIÓN
Fermentación alcohólica inox. a temperatura controlada 25 ºC durante 10 días. Fermentación maloláctica en mismos depósitos inox durante unos 15-20 días. Luego pasó 12 meses en barricas de 225 litros principalmente de roble nuevo, 90% americano y el resto francés. Después el vino se termina de afinar en botella antes de salir a mercado.
Opiniones de Martín Berdugo Crianza
OPINIONES
54

Porque apunta ya maneras, pero de aquí un tiempo estará muy rico.

La botella tiene un diseño sencillo, pero elegante, con una contraetiqueta que contiene mucha información. Corcho de calidad sin personalizar y poco tintado.

En copa, picota brillante, con un ribete rojizo. Capa más alta que la de Superman. Lágrima densa, abundante y transparente. 

Fruta roja muy fresca, con unos suaves lácteos aparecen en nariz. Suaves balsámicos, con notas vegetales muy sutiles. Notas de madera, toques de pimienta jamaicana, caramelo de fresa y vuelta a la fruta madura. Es una nariz cremosa, con un alcohol agradable. Es dulzón. Las notas vegetales han cogido un poco más de fuerza al subir de temperatura y aparecen esas flores azules y la vainilla. Toque dulce como de mermelada, de Coca-Cola caliente. Toque cárnico y como de laca de uñas muy sutil. Toque balsámico marcado, pero me vienen con más fuerza las notas dulces. 

Notas de cacao, higos y ese apunte de madera. Alcohol más presente con la subida de temperatura. 

En boca, a una temperatura más alta es astringente, licoroso, con la madera marcada y la fruta de fondo. Las notas vegetales y el cacao se apoderan, con una fina acidez de fondo y los balsámicos tirando más al laurel. Cuando bajamos la temperatura, el cacao en polvo aparece y se reduce el alcohol, casi desapareciendo. La fruta la noto madura, pero con los tostados y la madera que la tapan un poco. Tiene una acidez maravillosa, más de la esperada. Y el tanino es muy amable y sedoso para ser un 2018. Lo veo tremendamente equilibrado para ser tan joven. 

Con oxigenación, la fruta empieza a aparecer más intensamente, con una suave vainilla y toque de mermelada. Surgen ahumados y notas minerales, con un postgusto floral. Buenos amargores que invitan a beber y a acompañar el momento con amigos y comida. Te hace salivar... Es un vino muy sápido y adictivo. 

Con el paso del tiempo, se percibe una buena astringencia, con notas de guinda en licor y un lácteos cremoso en forma de caramelo. 

 

Vinazo que va a dar mucho más en un tiempo, cuando se redondee en botella.

 

 

Visual: Botella tipo burdeos, etiqueta sobria pero elegante, curioso el diseño, y más curiosa la historia que hay detrás del mismo. Corcho de buena calidad que sale sin problemas, apenas tintado. El vino como tal, presenta un limpio y brillante color rojo-púrpura con ribete granate. Abundante lágrima que baja lentamente por la copa sin apenas tintarla, dando sensaciones de gliceridad a la vista.

Olfativa: Finura, frescura y complejidad... fruta roja en licor, regaliz, pimienta negra, notas de vainilla, tabaco rubio y fondo tostado.

Gustativa: En boca viene a confirmar lo que se muestra en nariz (y eso ya es mucho decir), elegancia, finura, frescura pero no exento de estructura, amplio en boca, con una acidez fabulosa, un tanino pulido y un final ligeramente amargo que invita a seguir bebiendo. Buena longitud.

El vino "total", fresco, fino, elegante pero con estructura y presencia...Un vino que no desentona en ningún contexto ni con, creo, ninguna o casi ninguna elaboración culinaria. Porque existe otra Ribera y brindo por ello.

Color rubí de una curiosa capa media-baja y ribete granate. Lágrima súper-densa que se mueve muy lenta en la copa. Muy limpio y brillante. Corcho de la calidad esperada en un vino de esta tipología, etiqueta modernuqui que destaca. Muy completa información en la contra.

A copa parada, ya destacan aromas muy limpios a buena fruta y crianza. Tostados, balsámicos, regaliz, pimienta, canela, café, cacao en polvo, fruta roja madura pero no compotada, ciruela, flores azules, algo de piruleta. Es complejo, se va abriendo con el tiempo. Creo que es de los vinos en los que menos me ha costado encontrar descriptores, es muy limpio y franco.

Muy bien en boca, me ha cogido por sorpresa. Fresco pero no falto de punch, bien de acidez pero goloso, envolvente. Vuelve el cacao y el café, fruta más licorosa que en nariz, un poquito vegetal. Unos amargos deliciosos que se mastican y duran y duran... me imagino que se le puede dejar reposar en botella, pero este puntito salvaje me está enganchando.

Os confieso que me daba algo de pereza catar otro tempranillo/riberita, pero éste me ha sorprendido para bien. Se sale de lo esperado.

Atractivo color rojo oscuro, de capa media, muy vivo, con buena y abundante lágrima. Nariz intensa, con frescura, con notas de fruta madura, fruta licorosa, un punto alcohólico muy presente junto con los balsámicos, y mentolados. Hay que controlar bien la temperatura para evitar lo que se pueda esa sensación alcohólica en nariz. Presenta ligeros tostados de la madera, notas especiadas...

En boca es de buen ataque, amplio, estructurado, a la vez que goloso, cálido: me deja una sensación de calidez importante. Muy largo y con un final algo amargoso pero agradable.

La verdad es que me ha sorprendido en un vino de la Ribera del Duero esa calidez y ese punto alcohólico, a ciegas quizás lo ubicaría en alguna DO Manchega o incluso más al sur. Interesante.

De un color cereza picota, con ribete granatoso, reflejos rubí, de capa media, lagrima fina, limpio y brillante.

 

Es fresco e intenso, fruta roja (sobre todo) y negra madura en licor, chocolate.... Me recuerda a los bombones de cereza. Balsámicos con un fondo especiado y tostado.

 

Entrada sedosa, muy frutal, al igual que en nariz,fruta madura, con muy buena acidez, equilibrado. Largo y con un final amargoso que nada incomoda. Te invita a repetir y seguir bebiendo. De trago facil.

Se presenta con una capa media y ribete joven y de capa muy baja.  Brillante con lagrima rapida y que tinta un poco la copa.

En nariz, frutas rojas, negras, lacteos, balsamicos, y algo de pimienta. Un conjunto "dulce" y sin apenas presencia de madera

Es un trago amabilisimo. Sedoso con taninos dulces que se han de afinar un pelin mas.  Un leve amargor final y con un punto graso. Muy grato tanto para beber solo como para acompañar comida y si te descuidas te puedes acabar la botella.

Una buena apuesta con la que es dificil decepcionar a nadie.

Es de un bonito e intenso color rojo picota, de capa media-alta, se apunta que es más baja de lo normal, yo la veo perfecta como sus finas lágrimas...

En la copa me gusta por que transmite de forma placida el viñedo, la uva estrujada, su buena madurez, la rica crianza bien ensamblada, ese alcohol cálido que hace a la fruta mermelada. Es un recital de frutas, por un lado negras, moras de barranco, arándano y ciruela, como rojas, cereza y guindas. Ese alcohol fragante, licoroso y bondadoso bien tramado, es un vehículo que nos alcanza las especias dulces, el regaliz, la pimienta roja y negra, junto con un leve fondo de aspecto vegetal, nivela el sentido cálido del vino. 

En boca entra con cierta entereza, lo paladeas, es sabroso, se pega a la boca, hay una ligera tanicidad que el paso del tiempo y ahora la comida, saben limar, no molesta ni pesa. Buen peso frutal, la crianza especiada, sigue el discurso de la nariz, ahora con algo de arcilla, terruño. La acidez es fina e integrada, bascula el alcohol, poderoso y cálido pero sano y goloso. 

Un vino equilibrado, no muy estereotipado aunque busca el quedar bien con tod@s, que puedes beberlo desde ya y que el tiempo en botella, no hará más que gane en profundidad, definición y redondez.

Hay que saber muy bien a que temperatura tomarlo, pues el vino se comporta de forma diferente, aunque nunca mal, la verdad.

Visual: Vino tinto limpio y brillante de color cereza oscuro, capa alta, algún destello violáceo indicativo de cierta juventud.

Olfativa: intensidad media-alta, notas de frutas rojas y negras maduras, especiado, recuerdos lácticos y balsámico. Nariz compleja y atractiva.

Gustativa: Entrada suave, paso con buena acidez aunque con cuerpo, fluido, tanicidad presente pero no molesta, final gratamente amargante con postgusto que recuerda a su crianza con notas tostadas y buena fruta. Muy grato, invita a beber otra vez.

Presentación fina y limpia, me llama la atención la botella de madera, que evoca una calidez en la textura que luego se refleja en el vino. Cápsula de complejo. Tapón de buena presencia.

Color rojo granate intenso de capa media alta. Lágrima incolora muy densa que persiste suspendida en la pared de la copa.

Aromas de frutos rojos maduros y frescos. Fresas y cerezas en licor, con un fondo láctico no molesto. Muy balsámico, aparecen notas de chocolate negro, canela, y una pizca de pimienta negra. Vino muy divertido en nariz, pero que a la vez tiene su complejidad. Llama la atención lo bien ensamblados que están todos los matices. Fondo terroso, con notas vegetales que aumentan con la temperatura. Mermelada.

En boca se muestra sedoso en el ataque, con bastante estructura, y un tanino aterciopelado y maduro. Goloso, cálido, con acidez integrada algo escasa para mi gusto. Complejo y frutal.

Retro licoroso, largo y fresco.

Es un vino muy polivalente que vale para barra tanto como para mesa. Maduro y apetecible.

 

Ribete brillante, luminoso. Se aprecia cierta densidad al mover el vino en copa. Buena lágrima. Color rubí, de capa media. Nos transmite viveza, amplitud y frescura.

Buena intensidad aromática, transmite frescura, hay fruta con buena maduración, destaca la fruta roja sobre un fondo de crianza con especias dulces y balsámicos. Hay buen equilibrio entre fruta y crianza. 

En boca destaca más su amplitud que su cuerpo, su frescura más que las notas de crianza, si bien en el recuerdo toman el protagonismo. En su paso disfrutamos de la fruta roja en su punto de madurez, algo golosa incluso, el tanino es suave. Tiene una extracción muy lograda, no es pesado, se disfruta con agrado y dan ganas de volver a tomar otra copa. 

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