Porque esta garnacha es directa, va de frente y es tremendamente frutal. La nueva garnacha navarra, según se comenta.

Y te cautiva con una fruta jugosa y deliciosa, con fresas, picotas maduras, frutos del bosque y ciruelas que se mezclan con flores bien frescas, sotobosque y un suave toque mineral y ahumado. Especias picantes, toques de regaliz roja de chuche, balsámicos refrescantes y notas de cáscara de naranja. Los tostados son suavísimos, pero se notan toques de café y cacao negro, una ligera vainilla y sutiles aromas animales. Pero es que la fruta es tremenda.

En boca la fruta es jugosa, con un toque crujiente, con el tanino vivo, pero nada molesto, con una acidez muy buena y ese manto de flores y balsámicos. Notas de cereza en licor muy sutiles, mineralidad un poco más marcada, esas especias picantes muy juguetonas y los tostados que complementan, no tapan esa fruta, sino que la realzan con esos toques cafeteros. Ligeros toques cítricos de mandarina y postgusto medio con notas florales y minerales. Tiene trama para seguir creciendo, pero ya te muestra que es un vinazo que ya da mucho de si mismo.

Grandísimo descubrimiento!!!! Máaaaaas!!!

Color rojo cereza de capa baja con ribete liláceo, brillante. 

Nariz de buena intensidad, fruta roja y negra madura, especiados, con recuerdos de regaliz, notas de sotobosque y balsámicos finales. 

En boca es fresco, cerezas en licor, corpóreo, tanino maduro, final de carácter especiado, con notas de sotobosque y balsámicos de buena persistencia.

Una sorpresa en esta bodega que Diego Magaña ha producido en su bodega familiar. Una novedad que esperemos siga dando los frutos a que apunta este vino. Color rojo picota con unos aromas en nariz muy perfumados y florales. En boca es un vino muy frutal, fresco, equilibrado y con la madera muy integrada, buen volumen y fruta jugosa. Un primer vino que promete otras variedades que vendrán y una buena garnacha de la zona.