Vino encerrado en una botella bordelesa de hombro ancho que está vestida con una original etiqueta que reflejan unas manos trabajadoras del campo. Correcto el corcho que la cierra, se debería mejorar,  y en el que señala la D.O. a la pertenece el vino.

        A la vista un color rojo picota y granatoso de capa alta. Limpio y brillante. Muy buena, densa, abundante y lenta lágrima que con pereza se desplaza por el cáliz de la copa al que tinta. Ribete granate y con débiles notas violáceas.

       En nariz, muchas frutas rojas en sazón, ligeras notas de su paso por la barrica de roble, notas de mineralidad y balsámicas junto con una ligera pimienta negra. Madera correctamente integrada.

       En boca es donde mejor se expresa. Es muy elegante, equilibrado, con abundante carga frutal, sedoso, con volumen y carnosidad. Mantiene una fresca acidez que invita a beber y que la va a dar muchos años de vida. ¿12-15 años en perfecta forma?. Taninos domándose. Muy grato, fresco, jovial y elegante paso de boca. La buena madera de su crianza permanece en segundo plano. ¡Manda la fresca y rica fruta!. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,45 minutos.

       Joven bodega fundada en el año 2015 y que hay que tener en cuenta. En mis próximas visitas a Toro y su feria la tendré muy presente.