Dos años después volvemos sobre este tri-varietal y además en el mismo restaurante japonés de Cuenca (EC). Nos sacan la botella atemperada a unos 9°C, nos sirven y esperamos unos 15 minutos antes de proceder con su valoración.

VISUAL: De color amarillo dorado, limpio y muy brillante (88).

OLFATIVA: Despuntan aromas frutales de plátano y de pera conferencia. También asoman notas lácteas como de crema inglesa con un toquecito de membrillo amarillo y sutiles recuerdos cítricos a ralladura de limón. Intensidad media (86).

GUSTATIVA: Presenta una alta acidez, de amplitud media y con un carácter bastante mineral. Los aromas retronasales son cítricos (corteza de limón) y el paso por boca es bastante seco. El post-gusto se nos antoja salino con recuerdos frutosos y ácidos de pomelo y tamarindo. Su persistencia es de 2 min y 10 segundos. Le bajamos un poco la nota pues quizás haya perdido un poco de intensidad aunque se mantiene en notable alto (89). 

La RCP la mantendremos en muy buena.

MARIDAJE: Nos pedimos unos cuantos platos en el japonés para acompañar el chardonnay: Noe Tataki, Ebi Hirame, Mushitake, Ebi yake, Taksumaki y Chirashi sushi. Especialmente acertado con el pescado crudo (sashimi) del chirashi sushi pues las notas salinas del atún y del salmón maridaron maravillosamente con los apuntes minerales y cítricos de nuestro vinito.

Salud-os!!

Tercera añada que vamos a probar de este exquisito tri-varietal blanco de las bodegas Concha y Toro. Nos lo sirven en un restaurante japonés bastante frío, sobre los 8°C y esperamos 20 minutos para su valoración.

VISUAL: Nos muestra un color amarillo pálido con reflejos acerados, con mucho brillo y luminoso (87)

OLFATIVA: Como siempre nos llegan apuntes de frutas exóticas, lichie, tamarindo y piña acompañadas de un potente toque cítrico a lima. Al rato asoman deliciosas notas dulzonas de bollería ( barquillos y crema inglesa ), recuerdos de flores blancas (azahar) con un final mineral muy elegante. Intensidad media-alta y complejidad más que aceptable (87).

GUSTATIVA: En boca nos encanta su ataque, intenso, de alta acidez y mucha frescura. Tacto lácteo, cremoso y muy elegante que nos trae un retronasal con aromas cítricos y de fruta amarilla (ciruelas y mango). Persistencia de dos minutos y 40 segundos de mucho disfrute manteniendo un post-gusto amable y perfectamente equilibrado con ese punto de mineralidad tan señorial que añada tras añada encontramos. Delicioso, manteniendo un gran nivel (91).

La RCP es muy buena. Cuesta sobre los 11 euros al cambio pero los vale.

MARIDAJE: Nos pedimos un Ebi Yaki Amai (gambas rebozadas pankonizadas), un Tekka Maki (rollo de atún fresco), una tablita de sashimi y unos raviolis rellenos de corvina con salsa teriyaki. Con cada plato disfrutamos del maridaje. Mención especial con el sashimi de atún rojo, la frescura del pescado y la mineralidad del vinito en armonía perfecta proporcionando un gran disfrute para los sentidos. 

Salud-os!!