Vino encerrado en una botella bordelesa que está vestida con una original etiqueta en su diseño y en la que rememora las vicisitudes del amigo Wences por las distintas D.O. de Castilla-León en las que ha elaborado.  El corcho que la cierra correcto y tintado la cara que está en contacto con el vino.

      A la vista un color rojo picota de capa media alta, limpio y brillante. Muy buena, densa, abundante y lenta lágrima en su deslizamiento por el cáliz de la copa. Ribete granatoso e incipientes notas rubí.

      En nariz, a copa parada, notas de su permanencia en barricas de roble, ¿francés?. Frutas rojas y negras del bosque en sazón. Notas balsámicas y de pimienta negra. ¿Se ha envinado con este vino joven las barricas que posteriormente se han destinado a crianza?. En mi modesta opinión ¡Sí!.

     En boca es fresco, jovial, frutal, corpulento, con volumen, carnoso, equilibrado, seco y mineral, con una fresca y viva acidez que invita a beber y que le otorgará 4-5 años en perfecta forma y ganando. Con los taninos por domar. Grato, mineral y frutal paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,30 minutos.