Tánico pero también con finura

Rojo carmín con ribete rosa. Capa bastante baja. 

Aromas profundos desde el inicio. Fruta ácida, balsámicos, flores de campo, especias punzantes, un puntito animal, trufa, humedad y mucha mineralidad. En esta fase es sin duda un Borgoña que “barolea”.

La boca tiene pegada, posee un tanino feroz y sin embargo al mismo tiempo la notamos elegante. El paso es recto, con una estructura bien formada pero que no muestra músculo. Uso muy limitado de la madera y del alcohol. Registros primarios y punzantes.

Final de larga duración que deja recuerdos campestres.

Un Lafouge con muy mala leche. Un pago que no probaba desde 2011 y que ya en su momento me encantó. Eso sí, denle tiempo, al menos otros cinco años para que saque el potencial que lleva dentro.

 

 

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