Botella borgoñona de etiquetado moderno (aunque sin detallar nada sobre la elaboración del vino, tan solo una nota de cata en contraetiqueta escrita en catalán e inglés). Corcho corto y de discreta calidad, algo bañado en vino,  pero suficiente para esta tipología de vino.

Abierto una hora antes de su consumo y mantenido en frío.

Visual

Amarillo dorado pálido pajizo que parece casi agua, con ligerísimos reflejos verdosos (ya casi imperceptibles), limpio, brillante y de buena lágrima de lenta caída cuando alcanza algo de temperatura en copa. Inicialmente, hasta unas ligeras burbujas de carbónico, aparecían pero se terminan difuminando en copa. (8,4)

Nariz

De buena intensidad a fruta blanca de hueso, melón maduro, flores blancas, herbáceos, ligeros anisados, heno y un buen toque de mineralidad que le añade complejidad al vino. Buena nariz (8,6)

Boca

Ataque fresco y frutal, de buena acidez, fluido pero, a la vez, de volumen medio expansivo que llena bastante la boca, densidad media, medio cuerpo plus y buena estructura para una garnacha blanca joven. El paso por boca es frutal y amable. El final es de buena longitud con notas de fruta, herbáceos, anís y notas abundamente amargosas en un buen retrogusto que invita a seguir bebiendo; en vía retronasal aparecen notas florales, minerales, de hierba recién cortada, heno y melón maduro en licor (unas puntas algo alcohólicas, por alguna parte habían de salir el 14% de volumen alcohólico) que lo rematan bastante bien (pero que aconsejan, a pesar de su complejidad para una garnacha blanca joven, no tomarlo demasiado subido de temperatura, máximo 10ºC o, de lo contrario, el alcohol estará algo más presente de lo esperado).  (8,3)

EMHO, está bueno, la acidez no es excelente pero es media-alta, se puede beber ya, pero creo que unos meses más de botella pueden terminar de redondear del todo algunos amargores algo alcohólicos que todavía percibo.

No se puede pedir tampoco mucho más por el precio de este vino (5-6€). Tiene una muy buena RCP para lo que ofrece.