Rojo guinda con ribete teja. Turbio aunque sin poso. Cubierto.
Aunque algo más avejentado de lo que debería estar un buen Barolo de su edad, no sabemos si debido a la difícil añada o a una mala conservación, sí que detectamos claramente su procedencia: tomate, monte bajo, cerezas al licor, hojarasca, terciarios que ya han hecho acto de presencia, humedad y carácter salino.
En boca también notamos un tinto en fase de declive, aunque muestra los tres pilares de una buena nebbiolo (acidez, tanino y alcohol), la fruta no está en óptimo estado. Todo lo demás es similar a lo antes descrito.
Postgusto terroso.
No había probado hasta ahora ningún 91 y aunque me habían avisado de que había sido desastroso, éste al menos ha cumplido.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Personalizar”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.