La DOC Bolgheri está ubicada en lo que podría llamarse la Costa Dorada de la Toscana, la Toscana Maremma, una franja de tierra que va desde Bibbona hasta tan al sur como la península de Argentario. Sin gran tradición vinícola, todo comienza en 1940 con el marqués Incisa della Rochetta, que años más tarde acabaría teniendo tanto éxito con el gran SASSICAIA. Esta zona ha pasado de ser pantanosa a convertirse, en no muchos años, en lo que algunos llaman el valle de Napa de Italia, atrayendo considerables inversiones extranjeras, como Robert Mondavi, y provenientes del norte de Italia, como Gaja.

El vino proviene de viñas diferentes, prensado suave y vinificado por separado en tanques de acero a temperatura de 16 grados y con posterior ensamblaje. Embotellado en enero de 2016.

Nota de cata: de un brillante color amarillo pajizo con reflejos verdes. En nariz se muestra muy aromático, atrae su intensidad y sus notas de flores y hierbas, algo de hinojo, hay mineralidad y algo de crema y tiza. En boca es muy fresco y sabroso, hay equilibrio y personalidad. Evoluciona en copa, hay notas del contacto del vino con sus lías, típicos toffees sin que haya contacto con madera. Es un vino que destaca, que llama nuestra atención y que gusta mucho. Quiero destacar su frescura y sabor, su personalidad, su singularidad, y su gran nivel tanto en nariz como en boca, no defrauda y con la evolución va mostrándonos su complejidad, sus otras caras, y todas me gustan. Es un rara avis; un blanco de gran calidad con uva autóctona, en zona de tintos de variedades foráneas.

Visual:

Amarillo pajizo con reflejos verdosos. Lágrima densa. Limpio y brillante.

Olfativa:

Nariz de buena intensidad. Muy aromático y terpénico. Abundante dosis de fruta blanca y de hueso. Es graso, hay bastante presencia de lías dando al vino ricas notas de panadería. Mueves la copa y aparecen los frutos secos, un punto cítrico, chuches, heno, más y más flores blancas, la panadería deja lugar a la bollería, hay matices minerales y de carne de ave. Nariz irresistiblemente fresca.

Gustativa:

Tiene una entrada potente, es cremoso, tiene amplitud, de buena acidez y buenos amargos al final. Es largo, frutal, ligeramente cítrico, sápido, con mucho fruto seco, mineral y muy sabroso. Un vino serio y con cierta complejidad.

Visualmente tiene color amarillo pajizo con destellos verdosos, limpio y brillante.
En nariz destaca la fruta de hueso (ciruela claudia, melocotón) y los aromas suavemente dulces y ligeramente grasos procedentes del contacto con las lías (lácteos, mantequilla). Posteriormente aparece la fruta blanca (pera y manzana golden) acompañada de recuerdos de levaduras. Asoma un toque cítrico de pomelo, pinceladas de heno y notas sápidas.
Con mayor aireación es evidente su mineralidad, en especial la tiza.
En boca se muestra amplio, intenso y con una deliciosa acidez. El final es ligeramente graso con recuerdos a frutos secos (anacardos). Es redondo y carnoso, la fruta es tropical (mango) y de nuevo blanca (pera y manzana) acompañadas de un toque de limón.
Puede ser peligrosamente adictivo.