... siguen dándonos tantos momentos de placer que sólo puede darle las gracias.
Este Hoyanko de la misma añada que Viña Marisa, tiene chicha, fruta de primera, calidad, pero menos potencia. Lo que cambia un viñedo de otro en la misma zona.
Comencemos pues a desgranar este vino, que se muestra frutal, potente, carnoso en nariz, pero con un toque de mayor finura que su hermano. Fruta roja y negra, con fresas, frambuesas y moras maduras; especias dulces y picantes, con vainilla y pimienta y unos tostados suaves de café que se funden con los lácteos y te dan un aroma a caramelo de café y nata muy sutil. Mineralidad, monte bajo, flores y balsámicos.
En boca es cremoso, con esa fruta madura, mineralidad, caramelo de café, cacao amargo, notas vegetales, flores, vainilla, pimienta, tomillo, albahaca... Muy frutal y elegante, con las notas crianza muy bien integradas. Acidez buena y un tanino sedoso, rugosete, pero dulce y agradable. Postgusto frutal y largo.
Tan parecido a su hermano Viña Marisa... y tan distinto. La magia del vino y de las buenas cepas de Juan Luis.
R.C.P. no valorada al ser un regalo.
Picota madura, de capa alta y leves reflejos púrpuras.
Nariz franca que expresa la fruta en forma de sugus de fresa, palote, para dar paso a ligeros especiados como la vainilla, azúcar tostado,cacao y recuerdos de flor azul.
La entrada en la boca es de ligera corpulencia, tiene peso pero a su vez es fluido lo que le hace un vino de buen beber, es permanente, tanino jugoso, noble con esas sensaciones de fruta y crianza muy matizadas. Recuerdos ahumados y de ceniza .
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