Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta.
Media intensidad en nariz que va claramente de menos a más, mejorando con el aire. Flores secas, una fruta roja madura e intensa, tonos terrosos como buen Gevrey, especias orientales, tabaco de pipa, ligeros ahumados, tonos de hojarasca y humus, tierra mojada. Una pinot llena de complejidad y encanto, con múltiples matices.
En boca es un vino poderoso y compacto, con una fina acidez y una trama encantadora, llena de peso y equilibrio, vital, redondo, complejo. Final largo y persistente, donde muestra su abrumadora carga terrosa y mineral, dejando sensaciones frutales y especiadas, con un tanino noble y todavía presente.
Priuré-Roch es un productor siempre polémico en Borgoña por sus métodos biodinámicos radicales y un estilo de vinificación casi “natural”, sus vinos suelen ser irregulares y siempre caros, pero cuando sale una botella buena son realmente extraordinarios y este ha sido un ejemplo. Difícil de encontrar y caro (más de 200 euros) pero excepcional. Muchas gracias por la invitación, Gabriel.
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