Muy frutal, con guayaba, melón, piña y tejocote. En boca se desenvuelve bien, con sabores que confirman la nariz del vino. Final delicado pero no muy persistente. En mi opinión, le falta un poco de acidez, aunque la ausencia del roble hace que se beba muy bien, y no lo deja a uno mal parado con sus invitados >= )
Amarillo dorado, ribete pajizo. Nariz limpia y aromática, frutos tropicales: Lichi, Guanábana, Kiwi con notas de durazno.
Tiene un ataque suave y seductor con un paso de boca sutil de buena acidez confirmándose frutos tropicales, postgusto medio. Un excelente vino de postre.Formato 375ml. Azúcar residual: 112g/l.
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