No soy un gran entendido en Champagne, ni siquiera tengo un gusto demasiado definido, me gustan los que me gustan sin adscibirme a una determinada tendencia; disfruto con ciertos viejunos, con muchas cuvées de Maisons tradicionales y con algunas elaboraciones más modernas que conjugan menores dosis de dosage y mayor radicalidad. Prefiero la burbuja fina, la acidez contenida, la estructura y el equilibrio (aunque haya excepciones).
Por eso comentaba que me encanta este Brémont, lo encuentro elegante, balanceado, complejo y delicado. Experimentar en esta zona es jugar a la "Ruleta Rusa". Aunque la tendencia actual sea poner por las nubes a casi todo, me encuentro con constantes decepciones. Hay que saber pegar bien el tiro.

Dorado, limpio, brillante y chispeante.
Nariz expresiva, fresca y vínica. Uva, manzana verde,sutiles cítricos, heno, algo de bollería, madera vieja, humedad y piedras.
Para mi gusto, donde realmente triunfa es en boca. Los millesimés jóvenes suelen estar algo austeros y muchos champagnes de pequeño productor poseen una elevada acidez vacía. En este caso, indudablemente hay lozanía, frescura y un carbónico exultante, pero no lo notamos nada descarnado. El paso tiene chicha y al mismo tiempo es ligero e invita a seguir bebiendo. Abanico y buena elaboración.
Final largo.
Brémont siempre me ha parecido equilibrado, este 08 va más allá, se supone que la añada es una de las grandes de la década. Ya probaremos más y veremos cómo evoluciona.