Botella abierta con una hora de antelación.
De color rojo picota de capa media-alta, ribete entre rubí y violáceo y lagrima densa que tiñe la copa.
En nariz se muestra fino y elegante, donde se aprecian aromas de fruta tanto roja como negra bastante fresca, excelente trabajo con la madera con un aporte sutil de de tostados, ahumados y un leve toque de vainilla, balsámicos bastante finos y ciertas notas de cascara de naranja.
En boca tiene una entrada fresca, carnosa, frutal, con una acidez casi cítrica y un tanino que aún se deja notar, postgusto muy largo donde la fruta manda sobretodo lo demás.
Gran sorpresa la que me he llevado con este vino y mucha suerte de haber conocido a su elaborador Germán R. Blanco, al que ahora considero un buen amigo.
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