Hace 15 meses que lo catamos por primera vez y las risas que hemos tenido este tiempo con la persona que lo trajo han continuado, y de hecho volver a traerlo una valentía por su parte. No digo que no tengan valor estos vinos y no entro en esas conjeturas. Personalmente más allá de la curiosidad de saber que un vino puede ser así no es lo que busco en un vino, absolutamente convencido que de 100 personas 95 dirían que es sidra. A partir de ahí cualquier descripción como vino casi sobra. Marca mucho la boca con esa elevada acidez.

Color turbio, marcado, no parece vino en copa pero si que se muestra como muchos vinos sin filtrado ecológico etc. Parece estar a punto de sacar burbuja, de salirse el carbónico, esto, unido al intenso sabor a manzana, lo convierte en un peligroso vino de cta a ciegas pues todos habríamos dicho a ciegas que era una sidra, o al menos una forma de sidra por decirlo de alguna manera,,,vivificada. No obstante y dicho esto, el vino fue una curiosidad que abre un poco la mente y que en mis pocas experiencias en este campo de vinos de este tipo, mejora el resultado de lo probado hasta ahora. Curiosidad

Amarillo pálido bien turbio y sin estar del todo limpio pero muy brillante, ribete bien acerado y gruesa lágrima que fluye lentamente por toda la copa. Nariz de buena intensidad con abundante fruta blanca (pera madura y manzana al horno), un toque de piedra fresca muy marcado con recuerdos de turba, hinojo, hierbas del monte secas, cierta rusticidad con tierra ligeramente húmeda. En boca es lo mejor, pura cremosidad, con carácter y cierta tanicidad, fruta blanca y cítrica madura, hierbas del monte marcadas (romero), suave mineralidad, buena acidez, dureza, con fuerza y estructura, buen volumen e intensidad, notable persistencia. Final largo y postgusto de fruta blanca bien madura.

Más información en: www.elvi.net/2014/09/23/frank-cornelissen-munjebel-bianco-2013/