Vino blanco tranquilo,...como Pablo. Amarillo pajizo, limón, con destellos plateados. Lágrima en sábana, mediana en lentitud. Brilla en amarillo.

Aroma oceánico, con lías,que merece subir 2 grados tras su exposición en copa, así expresa todo el esplendor del vino. A copa movida, aparecen notas de pastelería y de helechos en monte (Navarro). Puntas cítricas de limón de Capri.....os invito a olerlos.

Boca sabrosa de entrada, ataca con finura y suavidad, pero llena la boca y te hace salivar, con buenísima acidez, salinidad marina y puntas de bollería, tostados caramelizados muy leves, almendras y jazmín. Flores blancas en postgusto y crema pastelera.

Maridaje creado por Javier Azcona con Caballa ahumada y pure de batata y limón con berberechos macerados el vino blanco.

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La madera está muy presente en la nariz de este vino (coco, vainilla) pero no oculta la fruta escarchada ni los frutos secos. Quizás necesite algo más de tiempo para que los aromas se acaben de ensamblar.
Tiene menos acidez pero no resulta pesado, al contrario, se muestra ligero en boca, con cierta grasa que lo hace untuoso. Lo que más destaca es su salinidad y un punto de café, de tostado, a final de boca. Creo que mejorará mucho cuando el tiempo integre la madera mejor.
Vino catado en Ribeiro: Tradición milenaria en la II Experiencia Verema Málaga

ANÁLISIS & CATA. Un MUNDO de SENSACIONES
Este vino perfectamente puede ser definido como un Mundo de Sensaciones. Detrás se percibe un vino excepcional, de dimensiones y enorme resultado. No en vano el conocimiento de Pablo y Aurelio en la elaboración de vinos en multitud de variedades y zonas, les aporta un plus que garantiza el éxito. Porque tenían una idea muy clara, crear vinos expresivos de una gran tierra de blancos, como son las laderas suaves a la orilla del embalse de Castrelo de Miño en plena D.O. Ribeiro.

Los aromas de fruta nos susurran llevados por una brisa marina, aparecen notas de ciruelas, pera de agua, melocotón, junto a toques salinos y rodeados por un halo cítrico y balsámico que le aporta mucha frescura. La crianza durante 5 meses sobre sus lías, le aporta cremososidad en boca y ligeros toques de azucar glass y pan brioche en nariz, para aumentar la complejidad. En boca su textura es sedosa, fresca y llena de encanto. Persisten con muy buena longitud en boca, un vino amable a pesar de su acidez, puesto que tiene todos los condicionantes para crecer en botella para alcanzar la sabiduría. Un vino que nos muestra el camino a seguir por los blancos españoles.

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