Visual: dorado más bien intenso, limpio,brillante y con excelente lágrima.
Nariz: de buena intensidad al inicio. 18 horas después sigue como a la media hora de abierto: intenso aroma a mantequilla y bollería grasa, muy muy graso, algo de fruta de hueso e hidrocarburos pero en muy segundo plano. Mantequilla pura.
Boca: entrada fresca, suave, pulida pero compleja a la vez, en boca siguen, con mucha menos potencia que en nariz, esas notas de mantequilla, de bollería. Fruta bastante caída aunque mantiene el frescor. Final no muy largo pero que sí deja bastante recuerdo en nariz y boca.
Un vino diferente. Complicado. Difícil diría yo: o gusta o no gusta, no hay términos medios. A mí me gusta por lo diferente que es aunque es un vino que, por su estructura, pide comida a gritos. A este vino se le quedan cortos aperitivos, mariscos y cualquier cosa que un español de blancos tenga en la cabeza. Esto es otro mundo (otro rollo como dirían en mi tierra).
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