Monte Roble Crianza 1998
Monte Roble Crianza 1998
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Graduación (vol):
12,00%
Varietales:
Tempranillo y Bobal
Precio aproximado
Precio Aprox:
Menos de 5 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
6.95
/
85
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
8,5
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Opiniones de Monte Roble Crianza
OPINIONES
8

Un vino que me gusta ver su evolución y que sus diferentes botellas siempre plantear gran incertidumbre porque la evolución ha sido muy variada a pesar de estar durante muchos años una al lado de la otra en el mismo sitio físico, lo que confirma que cada botella es un ser vivo y que se desarrolla y envejece a su aire.

Esta botella estaba entre las mejores probadas, mantenía un color algo menos evolucinado y aunque arranca muy tímido y algo ajerezado, recobró vigor y acidez para aguantar bien la cena.

Una nueva botella de esta añada que ha durado menos que la del 2000 que catada hace 24 horas no parecen de añadas tan cercanas.
En este caso la botella está muy envejecida, algo ajerezada y poco disfrutona aún pensando que estás ante un vino de bajo coste (de cooperativa).

Nueva botella y mismo tiempo y lugar de conservación.
Botella perdida totalmente.
El vino estaba muerto y no remontó con tiempo de oxigenación.

Esta botella arrancó más evolucionada, más ajerezada hasta que pasada una hora (llevaba abierta otra hora) recuperó algo más de fruta y de acidez haciéndose más vino y mucho más agradable para cenar ya que inicialmente esta botella parecía perdida.
Más sedimento que en anteriores ocasiones.
No era de esperar un gran vino; no nació para ello, pero me está sirviendo para ver diferencias de botellas compradas a la vez y guardadas en el mismo sitio y ya ves que la cápsula y el corcho cambia y el resultado del vino también. Abres con esperanza y sale lo que sale.

Pues vaya que sí, se mantiene vivo, no goza de salud de hierro, pero vivo.
Nueva botella y esperas cualquier cosa de un vino que era para beber en el año y que se ha retrasado su descorche durante 15 años.
El color le delata el tiempo pasado, pero si lo dejas un buen rato, una hora en que vas haciendo la parte olfativa y eres capaz de esperar para la gustativa, pues disfrutas con un resultado final comprensiblemente aceptable.

Conforme los vinos se alejan del momento de su nacimiento, cada vez es más dificil que las botellas sean todas iguales. si además es un vino de gama baja, no preparado para muchos años de envejecimiento, la situación hace que el arco de vida se abra de forma exponencial.

Esta vez parecían mejores augurios al abrir la capsula sin nada de perdida de volumen de vino en botella. El sacacorchos saca un corcho correcto con el final embebido de vino y el resto seco; dejamos más de una hora la botella abierta, sin decantar por tema residuos y nos encontramos un vino que en la vista parecía casi muerto pero que en nariz aún era agradable y en boca resulta mantener algo de fruta, su parte de acidez, y hasta una buena permanencia final.

Sorpresa agradable. Quedan más opciones.

Nueva oportunidad de contacto con este vino básico con la curiosidad de ver como estos vinos no diseñados para envejecer tiempo, pues ver su comportamiento.
En este caso, la botella que en el corcho estaba mejor empapando el tercio final y estando bien el resto del corcho, sin mermas en el contenido, sin embargo estaba más viejito y levemente abocado.
En verano, se agradecen mucho esos sólo 12 grados y además domados por el tiempo que te permiten beber de trago largo aunque sea con cuidado por los sedimentos que se han producido.
Al final estaba mejor y aunque compartió mesa con otro básico esta vez de Burdeos y joven, del 2012, acababas volviendo a esta mezcla de tempranillo y bobal que si hubiera pasado algo más de tiempo en barrica hubiera sido muy a tener en cuenta.

Color picota, menisco marronáceo, capa media, lágrima básica.
En nariz aromas de intensidad media-baja de frutos rojos madurados, flores marchitas; al rato aparece algo más de complejidad con especias dulces aunque en poca intensidad.
En boca tiene poco cuerpo, ya ha perdido acidez, pero mantiene algo de fruta, suave; persistencia escasa.

Curioso que un vino bastante básico y previsto para beber casi de inmediato se haya mantenido aún viable 15 años después, aunque desde luego ya otro interés.

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