Dorado pálido brillante, aunque algo velado.
Nariz de buena intensidad y cierta complejidad, que va de menos a más en la copa. Vino de corte muy “natural”, con esas notas de manzana verde, frutas frescas, un tono especiado y mineral, cítricos en confitura, apuntes balsámicos, hierbas aromáticas, frutos secos y ligeros ahumados. Apenas se nota la madera.
En boca se muestra ligero y envolvente, muy elegante, con el toque graso justo y la compensación por su buena acidez, dejando en el final recuerdos de frutas ácidas, frutos secos y sensaciones minerales, dando de nuevo la percepción de un excelente trabajo con la madera, máxime tras 10 años de crianza. Persistente.
Durante los últimos tiempos hemos ido probando sucesivas añadas de este vino y lo cierto es que nos fascina, este 2002 está por debajo de 98, 99 o 00 en calidad pero saló una buena botella y desde luego que es un savagnin único y tremendamente original, un vino que deja huella. Grande siempre Ganevat.

Tiene once años de barrica y está elaborado al cien por cien con uva savagnin. En este año 2002 Jean Francois Ganevat cambió la filosofía pasando de un "vino de mesa" que había hecho siempre su padre a una elaboración biodinámica con larga crianza.

De color oro pálido tiene una nariz de flores y de frutos secos, con la frescura de una brisa y el amargor de las almendras. En boca es de tacto muy fresco, es dulce y ácido al unísono, sabe a fruta fresca: ciruela y a fruto seco: almendra. Un delicioso punto ácido recuerda a la manzana reineta y termina con un final fresco y punzante de exquisita salinidad.

Vino muy complejo y con capacidad de hacer disfrutar intensamente.

Uno de los vinos catados en el evento: Los cinco vinos de David Rabasa que tuvo lugar en Gastrónoma 2013 ©Puck

Y eso que nos lo hemos tomado con un Compté madurado durante veinte meses, mejor compañero imposible.
Ha comenzado tímido, con tostados, caja de cerillas, toques salinos y poco más.
Es verdad que ha ido creciendo en nariz y el abanico ha acabado por completarse, destacando además de lo anteriormente mencionado, uva blanca, piel de albaricoque, cítricos, frutos secos, miel, madera vieja, plástico y mineralidad. Esta última nota se notaba de una forma bastante palpable.
Boca refinada, oxidativa, perfumada e incluso sedosa. Me ha sorprendido que el paso haya sido tan fácil, los vinos de la zona siempre me parecen más agrestes.
Final largo y complejo que deja un regusto lácteo.
El conjunto es agradable, sutil y por supuesto profundo, lo que pasa es que no he visto por ningún lado ni savagnin, ni Jura. De esta región espero expresividad, "picos olfativos" e incluso algo de fiereza y hoy nos hemos quedado con las ganas. Para más inri esta cuvée se supone que es una de las más representativas del gran Ganevat, por lo que los 70€ que hemos pagado nos parecen algo excesivos. He disfrutado más con gamas menores de este productor.
P.D. Joaquín, lo siento, me lo he llevado yo, pero a ti tampoco te habría encantado, así que me debes una ;-)