Restaurante Pou de Beca en Vall d´Alba
Restaurante Pou de Beca
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
32 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.2
Comida COMIDA
8.8
Precio medio entorno ENTORNO
8.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Opiniones de Pou de Beca
OPINIONES
9

En la mente lo tenía de tiempo desde que nos lo recomendó nuestro vendedor de vermú en Vilafamés. Entonces íbamos a Cal Paradís, y nos dijo "tenéis que ir al de su hermano". No son comparables en absoluto, salvo por el respeto al producto. Decidieron estilos diferentes. En el caso que nos ocupa es como más local, practican la filosofía del Km 0. Es una cocina más directa y sin tanta creatividad.

Ese encanto que conlleva comer, y bien además, en una masía, les hace ser muy demandados. Hay que tener en cuenta que en festivo te juntas con familias o grupos de amigos, por lo que es conveniente reservar nada más entrar en la semana. Al menos, los fracasos que he tenido han sido por intentarlo en el mismo día.

Gente amable sin excesos. El servicio transcurrió bien pese a estar rodeados de mesas numerosas. Mesas bien vestidas y con muy buena separación, detalle que dice más de lo que parece. Coperío y servicio del vino mejorable, te lo abren y punto. Aún con eso, lo considero correcto por la temperatura, por ser fiel a la añada que marca la carta y por ceñirse a los de la zona.

Volvería de cabeza, me tiraría de nuevo a ese pozo. Es más, puede que me proponga de manera fija visitarlo con la llegada de cada menú estacional.

Menú de tardor (otoño):

Como entrantes:

- Crema de moniato i ametla.

- Amanida de pebrera, moixama, abadejo, pataca i oli d'alfafarenca.

- Polp, verdura i wok.

- Llesca, ou, pernil i safrá pur de Jiloca.

Principal:

- Frincandó de vedella amb bolets.

Postre:

- Coca de figues i gelat de formatge.

Incluye un servicio de pan típico propio de estos sitios de cierta influencia catalana. Un cesto de buenas rebanadas de pan variado y tomate de penjar, ajo y aceite para que te lo trabajes.

Antes de su llegada, unas olivas y almendras que en mi caso disfruté con una cerveza Montmirá Penyagolosa, elegida entre las cinco (creo) artesanales que salvo una, son todas castellonensas.

Lo mismo sucede con su carta de vinos, practicamente todos, salvo un par de Celler de la Muntanya, son de la provincia. Estos aspectos, casan aún más con la idea de negocio dándole mayor autenticidad.

Al Flor de Clotás 2011, le acompañó un agua grande de Benassal, otra clara muestra más de lo comentado. Cualquiera se atreve a pedir una Coca-Cola... ¡Quita, quita...!

Fuera del menú, en el que mi señora y yo coincidimos hasta en el postre, mi nano, se marcó un llom de vedella ECO. Excelente solomillo de ternera del que di cuenta en parte, servido con patacas fritas a modo de papas.

El primer entrante, esa crema de boniato y almendras, sustituyó a la otra crema marcada en el menú de origen, la de almendras y setas, la cual se les había terminado. Desde luego un modo equilibrado de empezar, suave y rica, la potenciaba un poco unas lascas de queso curado. La acompañan con una magdalena de aceituna negra.

Me pareció un acierto la combinación de la ensalada. Fresca a la par que intensa. La mojama, el bacalao... sobre la pataca que daba dulzor.

Perfecto el trato de la verdura en este wok. La carlota vale, pero no me suelo encontrar el rábano y la judía verde en estas elaboraciones. Sabor a huerta por un tubo que iba bien con el pulpo. Le hubiese restado algo de soja para sentir todo esto más.

La tostada de pan tenía marcado el jamón por el horno y probablemente el huevo escalfado se acabara de cuajar en él. Puede que tuviera así la coherencia de que la yema no se mezclara con la salsa de setas y fuera más consistente, pero me hubiese gustado menos hecho, la verdad. El azafrán daba su toque.

En cuanto a las opciones entre los principales, elegimos el fricandó por acabar con algo de mayor peso y tradición. Hay que decir, no obstante, que los otros platos sonaban muy, muy bien. Habría que comprobar esas carnes casolanes en conserva. Ojo porque también tienen pescado de la semana y por lo que nos cantaron, suele ser salvaje.

Del postre aún tengo el recuerdo de ese brazo de gitano relleno de higos y bien empapado de queso de oveja. Una delicia. El helado de queso refresca dentro de un sabor concreto y el higo abierto es más bien testimonial.

Para rebajar esta comida nada mejor que un té de roca, elaborado lógicamente por ellos, donde el romero es el protagonista, y un chupito de hierbas. Bueno, y el paseíto de rigor por los alrededores.

En la media, dejo fuera lo que comió mi hijo por ser más fiel al precio medio de mesa completa.

La comunidad valenciana es una las regiones en las que resulta más difícil encontrar restaurantes de calidad a precio razonable.

Llevo algo más de treinta años realizando recorridos cultural y gastronómicos varias veces al año principalmente por España, afición que heredé de mi padre.

No estoy de vuelta de todo, es más, cada vez me siento más humilde y me merece más respeto una labor tan dificultosa como es deleitar a los clientes que intentan apreciar el trabajo en la cocina con materias tan efímeras y complejas en su adquisición y manufactura.

Cuando los adjetivos calificativos se reparten gratuitamente, en este escrito soy comedido.

El restaurante Pou de Beca es uno de los GRANDES en el segmento de cocina tradicional. Modesto, honrado y sincero.

El año 2013 lo he visitado en algunas ocasiones y varios intentos fallidos por que llena. No me extraña; la separación de la mesa es perfecta, algo llamativo porque puede duplicar su aforo sin más problema.

No me voy a extender analizando sus preparados, solo comentar que me invade una enorme satisfacción, rozando la inmoralidad. El arroz meloso con galeras es algo EXTRAORDINARIO, su punto, sabor, textura, tal vez sea el mejor arroz que he saboreado. El pulpo, con ese punto de brasa crujiente, la carrillada............. Incluso un plato de triste embutido de longaniza y morcilla, de transforma en algo absolutamente delicioso.

Por decir algo mejorable, tal vez sea la guarnición de alcachofa que me resulta insulsa.

Agradezco profundamente que le dediquen atención a las cervezas artesanales y vinos locales.

Todo esto servido con atención, cariño y profesionalidad.

Me quito el sombrero.

II Jornadas Gastronómicas. Carnes, aceite y vino. 2013. "Saborea Castellón"

Fotos: Jordi Gil. Slow Food Castelló, https://www.facebook.com/espai.poudebeca,,

ENTRANTES:
- Aperitivo frio de queso de leche cruda de oveja Guirra y espuma de vino.
- Tomate de "Quarentena" seca, sardina de bota y aceitunas sevillanas.
- VINO: Flor de Taronger.
- Espiral de pollo de corrar, manitas de cerdo y frutos secos (almendra Marcona, cacahuete del Collaret y pasas de Denia).
- Ravioli de verduras de ribazo silvestres.
- VINO: Flor de Clotàs.

PLATO PRINCIPAL:
- Cordero ecológico de CS al horno con un toque de miel de brezo.
- Entrecot de Ternera del Maestrazgo.
- Costillas de cordero ecológico a la brasa.
- Pescado: Dorada salvaje del Grau de Castelló de la Plana.
- VINO: Clotàs.

POSTRES:
- Repostería casera: pastel de mandarina... ¿?
- Café de comercio justo.

https://www.facebook.com/media/set/?set=a.331701463599297.1073741826.216299315139513&type=3&uploaded=1

Espacio cultural abierto. Slow food. Km 0.Dentro de las II jornadas gastronómicas de las carnes, aceite y vino de la provincia de Castellón, he acudido a degustar el menú que éste restaurante, situado, en un paraje aislado pasando la Vall d'Alba,ofrecía.
Nicolau nos obsequia en cuanto llegamos, con unas almendras fritas acompañadas de una copa de vino "Flor de taronger", un vino que, al igual que el resto que nos acompañará durante la comida, pertenece a la bodega castellonense de Les Useres de Vicente Flors.
El primer entrante es un aperitivo fresco de queso de leche cruda de oveja guirra y espuma de vino, aperitivo para ir abriendo boca y que posee una excelente frescura.
A continuación tomamos una ensalada individual con tomate seco, sardina de bota y aceitunas sevillanas.
Seguimos con un ravioli de verduras relleno con requesón y verduras de "riba silvestres".
Pasamos a una espiral de pollo de corral, cerdo y frutos secos, en este caso, cambiamos de vino y tomamos un "Flor de Clotàs", vino de la variedad tempranillo con un paso de madera de unos cinco meses.
Entre los platos principales a elegir teníamos: cordero ecológico al horno con un toque de miel, entrecot de ternera, chuletas de ternera del Maestrazgo o bien una opción de pescado que desconozco porque todos optamos por la carne, en este caso acompañada por una guarnición de patatas fritas con alcachofa a la brasa.Los vinos que acompañaron la carne fueron "Clotàs", un tempranillo de cepas viejas con un 15% de cabernet sauvignon y el "Monastrell" de cepas viejas con un largo paso por barrica de roble francés.
De postre saboreamos un surtido de tarta de chocolate, de queso, de naranja y helados varios.
Infusiones, cafés y carajillos de comercio justo completaron el menú para estas jornadas, no sin despedirnos con un licor de limón "Nelet" elaborado en la provincia.
Precio por persona 30€ más el chupito final.

Me comentaba el joven regente del establecimiento, que la ubicación del mismo es la casa familiar de los iniciadores del afamado Cal Paradís, que gobierna en la actualidad su hermano. Me sorprendía su juventud, de forma que ya entiendo la sensibilidad que tiene por la hostelería.

Todo lo que ofrece, sólidos y líquidos, proviene de la comarca, cuidando que cumpla los estándares de agricultura ecológica. Una apuesta arriesgada, según mi modesta opinión.

El trato es excelente, ya se encarga de ello también su mujer con una sonrisa no profesional, de las que realmente sienten con placer y cariño sincero, el servicio a los demás.

Cuidan todos los pequeños detalles, los entrantes, desde las almendras, incluso olivas negras que parece no tienen demasiado recorrido, ellos las aderezan para que resulten sabrosas.

La cocina es genial, fenomenal. Un arroz de sabor intenso, en su punto de cocción, un alioli artesano, chuletitas de lechal............... todo muy bien.

Estoy sorprendido. Estoy sorprendido gratamente.

La cuenta que adjunto son 79 euros para dos personas, no obstante no será habitual que dos personas beban dos botellas de vino, de manera que permitirme que descuente una de ellas para valorar la cuenta total.

Es curioso, por que llevo varios años residiendo ocasionalmente en una propiedad a escasos 3 km. de este restaurante, y hasta hace unos pocos meses no tuve noticias de ella, incluso habiendo pasado por la carretera de la que se distancia unos 300 metros y por la misma puerta en excursiones en quad.

Como si desearan permanecer en el anonimato. Creo que en la carretera hay un triste cartel como "casa de comidas" o similar algo deteriorado, que desde luego no invita a desviarte: CRASO ERROR.

Una alquería de varias plantas, en la ladera de una montaña, (creo viven arriba) de cuidada cocina, muy orientada a productos ecológicos.

Si tienes niños, como es mi caso, junto al establecimiento tienen unos gansos, gallinas y cabritas que harán las delicias de los nanos.

Tiene una parte de cocina creativa, que lo complementa con lo tradicional.

Las mesas separadas correctamente, la cocina a la vista, y un servicio familiar.

Sinceramente no me acuerdo lo que degusté, pero era armonioso.

Tengo que volver urgentemente para investigar tranquilamente su carta.

La descripción del local la comenté en mi anterior valoración y no a cambiado nada, todo sigue igual, o sea muy bien.

Cena para 2

Nada mas llegar hasta que nos tomaron nota, nos sacaron unas almendras fritas muy ricas, en su punto de sal y aceite, y pate de hígado de conejo, de aroma fuerte, pero de sabor suave y agradable, a mi que me suelo comer el hígado de la paella me encantó.

Ensalada al centro de jamón tostado, queso de cabra y vinagreta de mermelada de higos, estaba muy buena, lástima que predominase mas la lechuga que el resto de ingredientes.

Primeros:
Arroz integral de montaña, con timonet, conillets, espárragos silvestres y ajos porros, suave, se notaban bastante los sabores a las diferentes verduras y eso hacía que cada bocado resultase interesante.

Timbal de patata, sardina de bota y tomate seco con sombrero de huevos fritos, espectacular, al sabor de los productos caseros, se le añade el intenso sabor de la sardina de bota, resultado un 10.

Segundos:
Saquitos de calabaza y almendra con salsa de queso de leche cruda de oveja Guirra de Almedijar, bueno.

Carrilleras de cerdo, con patatas de la huerta y reducción de moscatel, muy buenas, tiernas, sabrosas, con un puntito de dulzor.

Postres:
Mouse de queso de cabra con nísperos en almíbar, riquísimo.

Helado de dulce de membrillo, muy bueno y curioso, y helado de “Espígol” Lavanda en castellano, este si que sorprende, realmente espectacular, cada cucharada que te llevas a la boca tienes la sensación de que estás masticando directamente la planta, buenísimo

Vinos:
Con el picoteo, la ensalada y el arroz, tomamos 2 copas (cada uno) de Magnanimus Blanco Chardonnay- Sauvignon Blanc- Moscatel, muy bueno, acompaño muy bien, a 2€ la copa.
Para el resto de cena, una botella de Rafa Cambra Uno, buenísimo, pedazo de vino, 18€ la botella.

El local está en una antigua masía restaurada en mitad de la montaña, rodeada de huerta, bancales de almendros y olivos, la decoración es sencilla, típica de una masía, las mesas amplias y con bastante espacio, el servicio excelente, atento sin empalagar y presto a los comentarios y respuestas sobre los productos y los vinos, trabajan el producto de temporada y de productores cercanos tanto en verduras como en carnes, incluso se autoabastecen ellos mismos con productos de su huerta.

Cena para 2:

Entrantes:
Carpaccio de berenjena con queso de leche cruda de oveja Guirra (peñablanca de los corrales Almedijar) - buenísimo
Patata, huevo, jamón y higos - no era revuelto, en una especie de sandwich con los ingredientes superpuestos, huevos de corral caseros - excelente

Platos:
Cárisa tomó: Rollo de berenjena relleno de queso y albahaca con salsa de tomate - muy bueno
Yo: Cordero del Maestrazgo al horno con un toque de miel - en su punto y el toque de dulce muy rico y crujiente

Postres:
Cuajada de leche de oveja con turrón "Els masets de la Torre d'Embesora"
Tarta casera

Cortado y infusión (natural

Tomamos una botella de Odisea Rosado VT de Castelló de la Bodega El Plano del Águila de Segorbe y un par de Copas de Clos d'Esgarracordes Crianza tambien VT de Castelló de la Bodega Barón d'Alba de Les Useres

El mismo concepto de Slow Food lo mantienen en la bodega, incluyendo casi la totalidad de los vinos de la VT de Castelló así como varias referencias de las DO Utiel-Requena, Valencia y Alicante.

La atención fué magnífica, no habían muchas mesas y eso siempre ayuda y que nos quedamos los últimos y la charla con Nicolau sobre la cocina y los vinos nos gustaba y se notó.

Comida con ingredientes de temporada. Entrantes: carpaccio de calabacín con queso tipo parmesano, ensalada con diferentes lechugas,anchoas y ciruelas, buñuelos de bacalao, tosta con caballa, mermelada de cebolla, paté de aceitunas y pimiento del piquillo, patatas con huevo y jamón.Como plato principal cabritillo al horno, todo ello bien acompañado de pan de pueblo, aceite de olivos milenarios y/o de aceitunas farga. De postre, un surtido con tarta de almendra, tarta de chocolate y tarta de frutos del bosque. Café y chupitos. 32E.Buen servicio con copas adecuadas. Para beber: La Perdición, Rafael cambra uno, Moma y Les Alcusses.

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