Querido Eusebio: tu comentario me parece excesivo,esas calificaciones con las que puntúas al restaurante no creo que sean reales, un 10 en comida y un 8.5 en servicio de vino es crear unas expectativas difíciles de satisfacer, la perfección no existe y menos aún cuando entran en juego subjetividades como el dia que tengamos (tanto clientes como restauradores)gustos personales (sabores, cocciones y texturas) y como no, la comunicación no verbal y las inteligencias emocionales, como dice la canción : "depende"...Otra cosa es la relación calidad/precio, en eso estoy totalmente de acuerdo, esa humildad de la que hablas hace que a veces el tiempo, la mano de obra y el esfuerzo tanto por elaborar como por abastecerse no se tenga demasiado en cuenta pero esto es una carrera de fondo, ya veremos que pasa dentro de 5 años...En cuánto a lo de GRANDES estoy en parte de acuerdo ya que es una especie de justicia poética, creo que hay gente que sigue haciendo las cosas con amor al producto, al entorno y al oficio y la familia que nos ocupa tiene en su ADN incrustado el sacrificio y la responsabilidad para con su casa y su historia, las raices son fuertes y profundas.
Qué más decir? pues si otra cosa, estaría bien cuando alguien hace un comentario alrededor de una comida o un plato que por un momento se pusiera en la piel de la persona que lo ha elaborado o servido (aquí creo que empiezo a delatarme) una buena crítica puede ayudar pero una mala (entiéndase mala como mala leche o "mala picotà"como decimos por aquí) puede hundir a alguien que simplemente ha tenido un mal dia, quizá un trabajador no llegó a la hora, quizá unos pescados no llegaron perfectos y no había un plan B, quizá se había estropeado el horno... quien sabe...no sé yo si al funcionario de turno, a la maestra del niño o al portero de nuestro equipo le exigimos lo que al que nos da de comer, puede que a una hora prudente o puede que no, puede que con educación o puede que no, puede que con actitud receptiva o puede que no...es verdad que ahora con la moda todos somos "superchef" y hay mucho farsante al que no le va mal una sacudida pero por favor atinen, afinen la punteria y si es posible practiquen un poco, de vez en cuando el mimetismo y aquello de cambiarse de piel para ponerse en el papel del otro, tambien en esto de la cocina y la hosteleria en general nos iria bien.
Gracias de nuevo Eusebio y la próxima vez que te vea me va a tocar subir la ración de soborno...por cierto, (me delato del todo y admito que de vez en cuando intento conseguir el feed-back de los clientes de modo poco ortodoxo, mediante el espionaje...) me llamo Nicolás Barrera y soy el propietario junto a mi mujer Sònia del restaurante en cuestión: Pou de Beca. Gràcias a todos por tenernos en cuenta, por tomarse las molestias de reportarlo y cómo no: por dejarnos seguir haciendo lo que amamos, feliz año y plena vida!!