Restaurante Sents en Ontinyent
Restaurante Sents
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
50,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingo noche, lunes, martes y miércoles todo el dia y jueves noche.
Nota de cata PRECIO MEDIO:
63 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.7
Comida COMIDA
9.4
Precio medio entorno ENTORNO
8.7
RCP CALIDAD-PRECIO
8.9
Menú
Menú
Arroz meloso de langosta
Usuzukuri de sepia
Carta de vinos en Ipad
Vieira con bullit en texturas.
Flores y frutas.
Torrija de brioche caramelizada, helado de leche merengada y cremita caliente de chocolate blanco.
Lomo de atún con tempura de verduras y salsa de soja y sésamo.
Huevo a 63Cº, trufa negra, patata y panceta.
Opiniones de Sents
OPINIONES
18

Nueva visita después del reconocimiento con la Estrella Michelín, y otra vez salimos del restaurante maravillados. Increíble la combinación de cocina de la tierra con los toques asiáticos. Que manera de tratar productos que habitualmente no los trabajan en la mayoría de los restaurantes.En el menú imposible destacar un plato sobre otro, aunque si hay que nombrar alguno la combinación del mar y montaña nos dejó como se dice por aquí "bocabadats". Y no podemos dejar de hablar del primer postre, gran combinación y acierto en las texturas.Adjuntamos foto del menú en el que se ven los platos y sobre todo el precio. Si , es real. 55 euros.
Había que conducir después, por lo que es con una cerveza, dos copas de vino y agua. Un vino portugués con recuerdo a los vinos de bota , arriesgado pero acertado.
Y si ya la comida es impresionante, que decir del servicio. De un nivel superlativo, la chica que lleva la sala , sin verla ni oírla, siempre estaba ahí, como nos gusta
No podemos dejar de alabar , a dos hermanos de Ontinyent , con una gran ilusión, mucho trabajo y esfuerzo ,además del riesgo que supone el haber mantenido durante estos años su sueño. Y felicitarles por el reconocimiento de la estrella,

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El plan de acercarnos a Ontinyent se gestó en un visto y no visto. El fin casi exclusivo de visitar Sents, del que tantas cosas interesantes había leído, disipaba de un plumazo cualquier atisbo de discusión acerca del plan dominical de turno.

Creo está todo dicho sobre el aspecto local. Atmósfera elegante, tan recia y neutra como confortable, buena iluminación cálida y selección musical a volumen adecuado. Mesas bien vestidas, correcta separación y cómodas sillas. De entrada no necesitamos más... a disfrutar se ha dicho.

Menú degustación (52 €) con la opción de maridaje de seis copas por 24 €, la cual escogí, quedando Hambrebuena a merced de la clásica verde de Alhambra durante toda la comida.

Un picoteo de calentamiento, compuesto por unos Crujientes laminados de pimiento verde, unos más gruesos de cebolla y otros de algas, cada uno de diferente textura respecto al anterior. Además, unas Cortezas de Tupinambo deshidratadas y fritas y una ligera Coca que soportaba una degustación de emulsiones de ajo negro y tomate seco completaron unos buenos prolegómenos.

...y directos de cabeza a la piscina del menú:

Shitake, Gomasio y Kimchi. La endeblez en boca que presentaba el carpacho del hongo venía reforzada fundamentalmente por la picada de sésamo tostado. Exánime.

Alcachofas, Yema y Trufa. El primer flechazo palatino me llegó con este plato. Está claro que me prenda la pareja huevo - trufa y en este caso se completaba con alcachofa, tanto en forma de crema colocada de lecho como en taquitos de su corazón distribuidos por encima. Me pareció también encontrar unos pequeños dados de patata (que probablemente no sería) para completar un auténtico... póker de ases.

Ceviche Valenciano. Tacos de corvina con una afinada cocción ácida y un recuerdo patente al "espencat", tradicional plato comarcal a base de hortalizas al horno y bacalao seco, que le iba de fábula. Las modas seguro han influido para probar bastantes ceviches en los últimos dos o tres años y qué pocos me han convencido, generalmente debido a un exceso en su cocinado que desvirtúa al pez de turno. El del caso que nos ocupa era convincente y original al cien por cien. Cabeza.

Tempura de Carabineros. Se presenta la carne del crustáceo como si de un tartar se tratase y sobre el que recaen los copos de tempura. En mesa se añade un caldo concentrado de marisco. Cavilado y muy resultón.

Atún con Tomate. Un par de tacos de carrillera que hacían valer su porcentaje graso en boca y que se acompañaban de una emulsión a base de tomate con chile y de agua de tomate. Presumido.

Callos de Bacalao. Plato fuera de menú cortesía del chef y que realmente servía para pulsar la opinión del cliente con vistas a incorporarlo en el repertorio. Éxito mayúsculo. La textura resbaladiza vesical casaba a la perfección con la viscosidad del fondo que, además, se potenciaba por los cacahuetes y mezcla de hierbas donde sobresalía la hierbabuena aportando frescor al conjunto. Platazo.

Arroz de Puchero. Retrotracción personal absoluta debido a ese sabor que me devolvió por unos minutos a la infancia, a ese plato reincidente de la intendencia casera y del que nunca me cansaba. El punto original venía dado por una especie de tortita doblada a modo de empanadilla que contenía la parte cárnica desmigada del puchero y un toque especiado genial. Cimientos.

Lechazo a la Mexicana. Patente la personalidad del cordero perfectamente ejecutado, bañado en una salsa ligera especiada y acompañado por unas alubias negras. Plato al que, en mi opinión, le falto ese punto de fuerza en su acompañamiento. Inocente.

...y llegaron los postres con una superlativa Naranja en Texturas, granizada, helada, natural, todas sobre un helado de canela, sencillamente brutal. A continuación vino el Plátano, Limón y Cilantro, también vivaracho pero con el listón previo tan alto resultaba difícil destacar.

En cuanto al maridaje, los vinos que incluyó fueron:

Chozas Carrascal Brut Nature Reserva D.O. Cava
Manzanilla Alegría D.O. Jerez y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda
Viñas del Vero Chardonnay D.O. Somontano
Beberás de la Copa de tu Hermana D.O. Valencia
4 Llunes 2013 D.O. Valencia subzona clariano
Principe de Azahar Vino de Naranja Dulce

Copas de nivel y muy buen servicio además de generoso de una selección, por otro lado, con potencial aún en cuanto a margen de sorpresa.

Servicio simpático y profesional. Dos cualidades difíciles de compaginar a veces en este apartado.

Charla final muy interesante con los hermanos Prieto que te demuestran su preocupación e inquietud por la opinión del cliente. Quedó claro, entre otras cosas, que se enfrentan a un constante dilema: apuesta descarada por la innovación veloz con riesgo máximo versus dosificar novedades e impulsos a una velocidad que el cliente normal sea capaz metabolizar. Ideales contra materialidad. Ahí es nada. Les dimos nuestro punto de vista advirtiéndoles que lo pusieran en cuarentena puesto que no nos considerábamos de un perfil precisamente normal.

Mucha suerte para esta empresa que destila honestidad y profesionalidad por los cuatro costados.

Segunda visita al Restaurante gastronómico que comparte local con La Cuina , gastrobar que también hemos visitado en ocasiones. Primero ruta por la montaña con lo que llegamos desde Belgida con bastante hambre que se vio satisfecha con el menú. Dado el tiempo no recordamos con exactitud los platos aunque coinciden casi todos con el comentario anterior. Coincidimos con el magnífico postre de la naranja en texturas y la fusión con la cocina mejicana en algún plato . Pero lo que queríamos resaltar en este comentario además de la calidad de la cocina es el trabajo de Joaquín , con los vinos. . En su día nos descubrió el Tantum Ergo Rose cuando era un desconocido y nos hizo "followers" de ese gran cava . Tiene gran variedad de referencias y a precios que ya deberían copiar muchos otros.
Sitio que merece la pena visitar a poco más de media hora de Valencia

Restaurante top de Ontinyent, ubicado en una agradable plaza de nueva construcción que pasa de ser a mediodía un remanso de paz a llenarse de vida, bullicio y algarabía infantil a media tarde.

Sents en lo que se viene a denominar en la acualidad un “restaurante gastronómico”, y comparte cocina con La Cuina, que es lo que se viene a denominar en la actualidad un “gastrobar”.

Un concepto empresarial interesante, que suele funcionar, díganselo si no a Ricard Camarena.

Guapo local, cool, en el que imperan los tonos crema, con el suelo de madera y grandes cortinas que caen del alto techo, sabiamente entreabiertas de modo que se logra una media luz placentera.

Menú degustación:

SNACKS
Cortezas
Arroz con verduras
VERDURAS
Shitake, gomasio y kimchi
Alcachofas, yema y trufa
PESCADO
Ceviche valenciano
Tempura de carabineros
Atún con tomate
ARROZ
Arroz de puchero
CARNE
Lechazo a la mejicana
POSTRES
Naranja en texturas
Plátano, limón y cilantro
PETIT FOURS
Chocolates

Santiago Prieto, su inquieto chef, desarrolla una cocina sólida, permeable a las nuevas tendencias, alternando y fusionando actuales técnicas, ingredientes y nociones con la rica gastronomía local. Un plato que puede reflejar esta idea expuesta sería su fabuloso ”ceviche valenciano”, en el que la corvina aletea en una deliciosa leche de tigre elaborada a base de espencat y tomate, cuya elevada acidez exhibida no agradó a toda la mesa, a mí me chifló.

Pero el plato de la jornada fue, por unanimidad, la “naranja en texturas” un prodigio de juego no solo de texturas, sino de temperaturas y sabores. Si hubiese incorporado una chispa de picante o de jengibre o ambas cosas, hubiera sido ya la repanocha.

Comimos francamente bien, yo eché en falta un punto de punch en alguno de sus platos, pero esto no puede ensombrecer la sensación de satisfacción con la que salimos, una cocina de muchos quilates ejecutada por un cocinero cuajado y con “ganas”, algo que demostró cuando salió a saludarnos interesándose en mayor medida por lo que menos nos había gustado que por lo que más. Eso es sin duda garantía de evolución y mejora constante.

Bebimos también de maravilla y a buen precio, dos vinazos de nombres bíblicos epatantes, un macabeo macanudo y un monastrell estupendo, ambos de por ahí cerca, D.O. Valencia, ambos de Fil•loxera & Cía:

Beberás de la copa de tu hermana 2014
El Cordero y las Vírgenes 2013

Y si además la compañía era lareosenbicicleta y si además el motivo de la comida-reunión era tan divertido como elegir los ganadores de ”PLATOS” -el I Concurso de Fotografía de Los Restauranteros- y si además el servicio fue fenomenal… ¿Qué más queremos, oiga?

Sents ofrece un menú degustación como única opción. Cuesta 52 euros por persona (impuestos incluidos) y ofrece la opción de maridarlo con 6 vinos por 24 euros más.

En el menú degustación el Chef Santiago Prieto vuelca todo su conocimiento del producto, su experiencia personal fruto tanto de sus viajes, como de los intercambios con otros cocineros, pero especialmente su faceta creativa para presentarnos una cocina de autor que bebe de muchas fuentes, pero siempre basada en la bondad del producto y a ser posible cercano.

Para crear este otro restaurante, confiaron la decoración del mismo en el prestigioso arquitecto y diseñador de interiores Ramón Esteve. La decoración es moderna y de estilo minimalista. Las mesas están convenientemente separadas y las sillas resultan especialmente cómodas. El espacio invita a la relajación y el disfrute.

Joaquín o Ximo como familiarmente se le conoce se encarga de la sala y también ejerce como sumiller. Se emplea a fondo en la tarea, preparándose concienzudamente visitando bodegas y también realizando “stages” en restaurantes de prestigio, como en El Celler de Can Roca. Combina un trato afable y cercano sin olvidar la profesionalidad. Su propuesta vinícola es amplia de alrededor de 300 referencias entre nacionales y foráneas, variada y muy bien escogida.

La carta de vinos es electrónica en un soporte tablet de fácil manejo y selección. estructurada por tipos de vinos. La cristalería de calidad creo recordar la gama alta de Zwiesel y el servicio tremendamente profesional.

Su gran inquietud les lleva a organizar a lo largo del año, actividades diversas muy interesantes. Desde quincenas gastronómicas de cocina japonesa (un clásico ya…), de cocina tailandesa… a comidas-cenas maridadas con la presencia de algún bodeguero presentando y explicando sus vinos.

Snacks:

- Cortezas: Piel de tupinambo deshidratada y frita con sal de hierbas de Mariola.

- Cacahuetes: Crujiente de cacahuete con praliné salado de cacahuete y limón.

- Maíz: Falsa croqueta de maíz con rebozado de quicos

Un buen comienzo que armonizamos con un interesante, refrescante, y todavía vivo espumoso elaborado con el método champenoise, un Winzersekt del productor Shales de 1989 vinificado en seco de la variedad Huxelrebe.

Sopa azteca: Plato inspirado en una típica sopa mejicana a base de tomate, chile, aguacate, totopos de maíz y queso fresco La Vall de Ontinyent. Versión refinada y elegante del popular plato mejicano del que destacaría el caldito como vehículo conductor del plato, con un sabor predominante a tomate.

Acompañamos esta versión de la sopa azteca con un Veuve Clicquot Ponsardin de 1972. Todavía bien vivo y agradable en boca pero con un aroma reductivo de carácter salino que no dejó apreciar nada más.

Alcachofas, yema y trufa: cremoso de alcachofa, corazón de alcachofa salteado, yema de huevo y trufa negra. Combinación sabrosísima conocida de otros restaurantes pero que no me canso de comer. Bien elaborado y con buenas materias primas, hubiese comido varios platos.

Armonizamos con el singular y viejo amontillado Quo Vadis? Agradecer a Ferran su aportación desinteresada de este vino eterno que tal vez deberíamos haber abierto unos días antes ya que necesita mucha oxigenación para expresarse.

Sashimi de atún y gamba: carpaccio de atún rojo y gamba con aliño de soja y wasabi. Este fue un plato extra (gentileza del Restaurante). Materia prima de excelente calidad y corte perfecto. Se nota que aquí lo japo gusta y se domina. Pero lo que no me casaba era este supuesto “matrimonio” por separado muy bien, pero juntos…, así es que los comí de manera separada.

Acompañamos el sashimi con Hattenheimer Mannberg de 1991 del productor FreiherrLangwerth von SimmernEltville, un riesling Kabinetthalbtrocken. Tal vez el más apagado de todos, a pesar de que conservaba su tipicidad. Cumplió sin ser extraordinario.

Sardinas en escabeche Japonés: sardinas marinadas en un escabeche suave de vinagre de arroz, dashi y licuado de zanahoria. Buena materia prima en la que destacaba la sardina, por encima de todo lo demás. Tal vez un escabeche con más personalidad hubiese sido más de mi gusto.

Las sardinas las acompañamos con el Hattenheimer Mannberg de 1991 y el Grand Cru Un Jour 1911 de André Clouet, un fantástico champagne que entra en la lista de mis favoritos en este segmento de precio.

Tempura de carabineros: tartar de carabineros acompañado de migas de tempura y salsa tetsuyu. Excelente materia prima y de marcado sabor, al acompañarla de las migas de tempura recordaba al sabor del crustáceo rebozado.

Seguimos con el Un Jour 1911 Grand Cru de André Clouet. Me repito, tremendamente recomendable.

Atún con tomate: carrillada de atún rojo con emulsión de tomate asado, chile habanero y alcaparras. Excelso producto del famoso proveedor Balfegó, magníficamente acompañado pero sin solaparlo. Picante muy ligero, tal vez demasiado.

Acompañamos con un riesling de mi año de nacimiento. Un Neumagen-Dhroner Hengelberg del 1969 un riesling auslese (selección de racimos bien maduros con botrytis –no todos-) de la región de Mosela del productor FerdPieroth. Un vino en plena forma (tal vez mejor que la mía), un auslese típico de riesling, muy bueno.

Arroz verde de bacalao: Arroz meloso con licuado de acelga ecológica, cococha de bacalao, aceite de capellá asado y piñones. ¿Un menú en Valencia sin arroz?: imposible. Arroz en su punto de cocción y de sal, en conjunto elegante y bueno, pero he de reconocer que me gustan los arroces más sápidos.

Armonizamos el arroz con Dom Perignon Vintage 2004 Luminous. Un champagne con carácter y finura pero tremendamente marcado por la madera. Tal vez le falte tiempo en botella. Curiosamente el vino que menos me gustó de la comida.

Lechazo a la mejicana: paletilla de lechazo, cocinada durante 24 horas a 65Cº con crema de frijoles y jugo de especias mejicanas. Un cordero tierno a más no poder.

Su acompañante vinícola para la ocasión fue un WesthofenerBergkloster de 1976 un fantástico auslese de la región de Rheinhessen de las variedades Silvaner y RieslingMorioMuskat del productor WeinKelleriamGoldberg.

1º Postre. Naranja en texturas: granizado de naranja, helado de canela, naranja caramelizada, sabayón al cointreau y naranja fresca. Un postre muy refrescante que cumplió con creces su papel de ayudarnos al tránsito organoléptico de la parte salada a la dulce.

La armonía elegida fue un NiersteinerPaterberg del 2005 del elaborador JakobGerhardt de la región de Rheinhessen. Un Trockenbeerenauslese (selección de granos botrytizados y secos) de la variedad Ortega. Sólo un 6% de volumen alcohólico, dulzor elevada, un TBA correcto, pero no excelente.

2º Postre. Torrija de chocolate blanco y leche merengada: torrija caramelizada de brioche con sopa de chocolate blanco y helado de leche merengada. Otro de los detalles de la casa fuera de menú en atención a Ferran como gran devoto de este postre. Un clásico de este restaurante del que destacar la esponjosidad de la torrija y la excelente conjunción de sabores.

Armonizamos este goloso postre con un RieslingEisweinOsannerRosenberg de 1997 del productor Weingut Karl Traut del pueblo Osann-Monzel y la región de Mosel-Saar-Ruwer. Un eiswein clásico de riesling en buen momento de consumo. Buena tipicidad tanto ofativa como gustativa. Muy bueno, con un 10.70% de volumen de alcohol y 108.80 g/L de azúcar residual.

3º Postre. Torrefactos, dátil y chocolate blanco tostado: streuzel de cacao, helado de café, bizcocho de dátil, cremoso de chocolate blanco tostado y crema de dátil. Original postre en el que destacaban las notas ahumadas y tostadas. Buen equilibrio entre las notas amargas y dulces.

Acompañó este tercer y último postre el Trockenbeerenauslese Illmitz de 1991 del productor Seewinkelweingut Klein. Elaborado con la desconocida (para mi) variedad de Bouvier en la región de Burgenland en Österreich (Austria). Un TBA menos dulce que el primero y con más volumen de alcohol (9.50%), con unas características distintas al primero al estar elaborado con una variedad de uva diferente. Muy bueno en cualquier caso.

Con los cafés e infusiones, llegarón los Petit fours en forma de chocolates: esfera de chocolate rellena de tres variedades de bombón de chocolate. Al llegar a la mesa se rompe la esfera con ayuda de una cuchara y aparecen los bombones. Muy efectista además de goloso y bueno.

Hasta los petit fours tuvieren su armonía vinícola. Un KreuznacherParadies 1983 del productor FerdPieroth. Un eiswein de riesling de la región de Nahe. Un eiswein maduro con una fantástica nariz y especialmente un excelente balance entre acidez y dulzor. Un placer de vino.

En definitiva un restaurante sumamente recomendable en el que puedes disfrutar de una cocina contemporánea de autor, acompañada de una oferta vinícola amplia, diversa y muy bien escogida. Un restaurante con vocación de servicio al cliente que centra todos sus esfuerzos en que éste alcance el disfrute.

Experiencia ésta, sin duda, para el recuerdo. La conjunción fue completa, la compañía, la conversación, el entorno, el menú, los vinos y el servicio. Placer hedonista 100%

El precio indicado es el correspondiente al del menú, sin cafés ni bebidas.

Post completo ilustrado con fotos en: http://www.vinowine.es/restaurantes/sents-restaurant.html

Tercera visita. Tercera sorpresa. Tercera misión cumplida.
A más viajamos, a más sitios visitamos, sin lugar a dudas Sents se afianza como nuestro restaurante favorito, nuestro norte gastronómico, donde se equilibran los sabores de la tradición con los de la fusión, una manera de modernidad entendida bajo el riguroso precepto de la calidad, una cocina inimitable con sabores intensos y familiares.
En anteriores comentarios hemos descrito lo mucho que nos gusta su ambiente, su luz, sus mesas, su música, sus seleccionadas copas. Un conjunto amable y moderno, sofisticado y acogedor.
Tras una cálida bienvenida pasamos a la mesa, Joaquín nos dejó unos bonitos sobres sobre esta, decorados con motivos de azulejo ¿o sólo era una abstracción de una pared de azulejos?… dentro del sobre, la propuesta de menú: se trata de su nueva oferta, dejando a un lado la carta para centrarse en un menú degustación. Nos pareció muy acertado. Aún así, le pedimos si podríamos probar algún plato más, y nuestro deseo fue concedido. Para beber, señalar que hay algo aún mejor que dejarse guiar por Joaquín y su carta-tablet, que es dejar a Joaquín que te sorprenda. Vaya si lo hizo. Memorable experiencia.
Empezamos con una cerveza Gram para unos estupendos CHIPS DE BACALAO CON SALSA DE TOMATE Y CHILE. Perfecto tamaño, en su punto de fritura, nada aceitoso, un picante como aroma para complementar el tomate. Un snack que roza la perfección.
Para iniciar el maridaje con unas copas de Capuchino: Palo Cortado VORS 30 años de Bodegas Domeq. Un jerez con un alcohol muy integrado, notas de avellanas, orejones, mantequilla y vainilla, fresco y cremoso. Otra sorpresa: la copa en la que nos lo sirvió, una Schoot-Zweisel para jerez elegantísmima, estilizada, como el vino. Nos acompañó para un CRUJIENTE TEMPLADO DE PIMIENTO ASADO A LA LLAMA Y OLIVA NEGRA. Pieza de un sólo bocado, el sabor auténtico del pimiento asado con las notas de la oliva. ..muy bueno.
Seguimos con un mar y montaña, pero en Sents, con fusión asiática, como no podría ser de otra manera: VIEIRA, TERNERA, SALSA PONZU, NARANJA Y PIÑONES. Gran combinación de sabores, texturas y colores para dar un conjunto equilibrado, como si siempre la viera se hubiese tomado así. Bravo.
Primera sorpresa fuera de carta: FIGATELL DE PESCADO CON SALSA THAI. ¿Se puede tener nostalgia de algo que no se haya probado?. “Dejà vu” de sabores en un plato nuevo: imposible, pero cierto. Para acompañarlo, un albariño semiseco: Marieta. Sencillo que no simple, largo sin ser complicado, fresco sin perder persistencia. Un acierto.
Y llegó el ARROZ MELOSO DE PUCHERO DE PULPO. Tuvimos la fortuna de ser los segundos en probarlo. Un ejercicio de estructura en el plato: fondo de crema de tubérculos, arroz meloso con verduritas en su punto , todo ello coronado por un pulpo delicioso, tierno, con unas escamas de sal estratégicamente situadas para potenciar su sabor si salar el arroz. Para un plato así, Joaquín nos ofreció un vino a su altura y tomamos Erre Punto 2010 fermentado en barrica. Otro ejercicio de estructura, pero ahora en una copa. Notas tropicales y de pastelería, largo, persistente, complejo, sabroso.
Pasamos al CANELÓN DE POLLO DE CORRAL CON SETAS Y TRUFA NEGRA, plato redondo, nunca mejor dicho, perfumado con tuber melanosporum, Muy bueno. Para este plato Joaquín nos sorprendió con otro vino desconocido para nosotros: Sentada sobre la bestia. Un vino de capa media baja, coupage con notas de manzana roja, flores y café, taninos pulidos y acidez marcada. Larga persistencia.
Y llegó el HUEVO A 63º CON TRUFA NEGRA, PATATA Y PANCETA, Un plato mítico en Sents., Aunque pueda parecer sencillo, considero muy difícil llegar a ese punto de precisión en la cocción del huevo así como de fritura de las patatas. Para este plato tomamos un Mira Salinas. Sus notas de pimienta blanca terminaron de condimentar el plato. Un punto a señalar es el pan de aceite que sirven: muy adictivo y obliga al autocontrol. Algo que no hicimos con este plato.
ESCALOPE DE FOEI, GOFRE DE MAÍZ. Sabores contundentes, con una persistencia del sabor a maíz del gofre muy interesante. Otra sorpresa para el maridaje: un Amarone de la Valpolicella Corte Ciara 2009. Denso, rotundo en su entrada para pasar a un tanino de terciopelo con largo recorrido. Maridaje preciso y más que acertado dadas las notas de uva sobremadurada. Tuvimos que repetir. Un vino que permanecerá en nuestra memoria.
Cuando pensábamos que ya se habían más que cumplido nuestras expectativas y, llegó la NARANJA EN TEXTURAS (granizado de naranja, cremoso de naranja, sabayón al Cointreau, gajos de naranja, naranja caramelizada y helado de canela). Sonaba “Take this walz” Leonard Cohen . Me emocionó. Me sentí feliz con este plato, con la suma de las diferentes notas de la naranja. Una reinvención en texturas de la naranja preparada, un ejemplo de evolución e imaginación para partir de un sabor tradicional y dar un plato complejo, equilibrado, refrescante como el mejor sorbete, con acidez equilibrada. Un postre difícil de superar. Como maridaje, Joaquín apareció con 1 botella escondida y nos ofreció 2 copas sin saber de qué vino se trataba, o de qué licor, o de qué bebida…era vino de naranja Príncipe de Azahar Dulce. Notas de jengibre sobre un sabor de naranja evolucionada, muy sabroso y original. ¿Podría haberse maridado mejor?...lo dudamos.
Acabamos con unas TRUFAS ENTERRADAS (bavaroise de chocolate y avellana, yogur, miel de trufa negra, helado de leche quemada y aromas de chocolate y frutos secos). Sobran las palabras: hay que probarlo. Y con las trufas llegó la última sorpresa, su maridaje: un Stratus Malvasía Naturalmente dulce . Maravilloso malvasía Lanzarote. Hay quien dice que es el mejor vino dulce del mundo, y quién soy yo para discutirlo. Tan sólo añadir que en ese día, en ese momento, lo fue.
Café y míticos PETIT FOURS DE CHOCOLATE EXPLOSIVO. Charla de sobremesa con unos hermanos muy grandes, que desbordan talento, inquietud y ganas de hacer la cosas bien.
No quisiéramos finalizar sin una breve anécdota: fue la primera vez que nuestro hijo comió en Sents, dado en las anteriores visitas tomaba papillas y leche. Tras ofrecerle distintas opciones, eligió un caldito con fideos. Disfrutó como nunca lo había hecho con un plato, él, a su escala, también vivió con entusiasmo de una experiencia gastronómica.
Seguiremos viajando, buscando experiencias gastronómicas, cocinas de tendencias, fusión, exóticas, de producto y en algunos casos también tradicionales, pero cada vez que probemos un plato que nos guste, que nos emocione o un maridaje que consideremos preciso y acertado, nos preguntaremos el uno al otro: -¿Pero te gustó más que aquel que tomamos en Sents?...

Segunda visita al que ya es nuestro restaurante favorito, por tanto, no me reiteraré comentando lo mucho que nos gusta su decoración, sus copas su vajilla y su ambiente.
Volvimos a tomar el menú degustación y dejamos que Joaquin nos recomendara los vinos. Tras unas cervezas artesanales Gram de Ontinyent, empezamos con Barzen Riesling Spatlese Feinherb 2011, un riesling del mosela. Adictivo sería su definición, un vino totalmente equilibrado, sedoso con un leve dulzor que no empalaga sigo que acompaña y anima a beber más gracias a ese contrapunto de acidez que tiene. Los platos, majestuosos: tras un gofre con remolacha de aperitivo, un fantástico flan de foei con mona. Ya su presentación a lo "creme broulè" junto con el riesling, divertidamente hacía parecer que habíamos empezado por el final de la comida...pero era tan sólo el comienzo. Pasamos a una vieira con bullit de verduras. Que suave la vieira, que suave el culis, que pena meter la cuchara en un plato así y estropear su presentación...pero que gran plato. Entonces decidimos atacar al tinto, y el elegido fue un Coca i Fitò negre del 2008. La etiqueta le hace justicia, es un vino en todo su esplendor: un vino exuberante, que emociona, rojo cereza muy oscuro, casi negro, confitura de frutos rojos, casi dulce en algún momento, delicado, pero también mineral y balsámico. Una acidez presente y una larga persistencia. Y pasamos al mejor plato del menú, al menos, el que más nos emocionó, morro de bacalao con cremoso de nabo, butifarra de ontinyent y jugo de "arròs amb fesols i nabs". Son esos platos que ya de por sí hacen que valga la pena viajar Ontinyent. Me pareció original a la vez que representaba la esencia y el amor a la gastronomía de la zona. Cada elemento tenía su protagonismo: el bacalao, la textura del nabo, la botifarra y el sabor del caldo, pero era el conjunto lo que lo hacía todavía más grande. Bravo!. Pasamos a un arroz meloso de setas, palurda y trufa negra. Desde que salió de la cocina, el aroma a trufa impregnó la sala. La presentación de la pularda, en tiras encima del arroz, me recordó a los platos de ramen japones que probé en Tokio, pero el sabor me transportó al monte mediterráneo. Y llegamos al postre, y Santiago nos volvió a sorprender con un "flores y frutas", refrescante y ligero pero lleno de sabor. Plato que nos confesó que se le ocurrió durante una visita gastronómica Estambul y que también nos emocionó. Para acompañarlo, Joaquín nos ofreció un duelo entre un Tokaji 4 puttonyos Disznoko 2006 con un Càligo, vi de Boira del Penedés, y la verdad es que el resultado fue que nosotros fuimos los ganadores, por haberlos probado. Café, petit fours y charla con los dos hermanos, unos grandes de la cocina que innovan, se superan y que hacen que te sientas como en casa. Cuanto se pierden los de Michelin por no visitarlos! (de momento, claro!)

Consolidación como uno de los mejores restaurantes de la comarca, consolidación en un estilo de cocina que mezcla lo tradicional con la fusión con toques asiático, consolidación de una carta de vinos magnífica que cada vez va añadiendo nuevas referencias sobre todo de vinos internacionales. En fin, no es ningún secreto que es uno de mis restaurantes preferidos. Santi y Ximo han alcanzado un nivel en cocina, en carta y servicio del vino y en sala que perfectamente podría merecer alguna estrellita michelin.

Hacía ya un tiempo de la última visita y aprovechando una celebración decidimos darnos una alegría gastronómica.

Rosa tomó el menú corto y yo el largo, claro, jeje. Tuvieron el detalle, entre otros, de no ponernos ningún problema al respecto ya que en teoría estos menús se sirven a mesa completa. Paso a relatar lo disfrutado:

- Chips de patata, yuca, platano macho... unos clásicos de la casa para empezar. Ricos.
- Remolacha encurtida con virutas de parmesano: excelente combinación, y eso que yo no soy muy remolachero, del dulzor de la remolacha con la potencia del parmesano.
- Usuzukuri de sepia con migas de tempura: es una especie de carpaccio de sepia acompañado de bolitas de tempura y salsa de soja. Sorprendente textura mantecosa de la sepia, lejos de lo que uno se podría imaginar. Es un plato que preparó para la quincena japonesa de este verano pasado y tal fue el éxito que tuvo que decidieron incluirlo en la nueva carta del restaurante. Muy bueno.
- Flan de foie caramelizado, picatostes de mona y reducción de vino de nueces: buenísimo. Buena combinación del foie con el punto dulce del vino de nueces y la textura crujiente de los picatostes de mona. Por cierto, la "mona" es como se llama en mi pueblo a los panquemados.
- Vieira con "bullit" en textura: vieiras marcadas a la plancha sobre una parmentier de patata y cebolla, crema de zanahoria y alcachofa. Qué rico! Excelente producto que no necesita muchas florituras para poder disfrutarlo.
- Huevo a 63º, trufa negra, panceta y patatas: pues eso, tan bueno como uno se puede imaginar. Cuando pedí el menú lo primero que le pregunté a Ximo fue si estaba incluido en el menú, ya venía soñando con él, jeje.
- Arroz meloso de langosta: una delicia, punto exacto del arroz, potente caldo, y un buen trozo de esa langosta de casi 2'5 kg (creo que en facebook tienen una foto del bichico) que habían recibido justo el día anterior de un proveedor que les envía el marisco por Seur para que llegue en excelentes condiciones.
- Presa de ibérico con calabaza en texturas: presa con crema de calabaza y trocitos de calabaza en vinagre. Muy bien, manteniendo el nivel. De hecho el listón se mantuvo muy alto en todos los platos, no hubo ningún bajón a lo largo de la comida.
- Flores y frutas: helado de violetas con trozos de fruta fresca (mandarina, caqui, y un tipo de berry del que no recuerdo el nombre) pannacota de philadelphia y crocanti de almendra. Postre refrescante que te prepara para otro de los platos que esperaba con más ganas.
- Torrija caramelizada con helado de leche merengada y crema caliente de chocolate blanco: para soñar con él. Llevaba esperando más de un año y ya tocaba. Fue otro de los platos que le pedí a Ximo si estaban en el menú.

El postre del menú de Rosa era "Lácteos con arrop y tallaetes". Una delicia también. Como ella ya no podía más me tuve que sacrificar y acabármelo yo :-D

Para beber empezamos con una manzanilla la Guita ella y un delicioso vermut Martelletti yo. Durante la comida nos bebimos una botella de cava Maria Casanovas brut nature GR 2008. Interesante cava con toques hebáceos y de bolleria que acompañó muy bien. El servicio siempre atento al relleno de copas. Y para los postres tenía antojo de ese Auslese tan rico que tienen de Barzen (Alte Reben 2010) y tuvieron el detalle (otra vez) de abrir la botella para servirnos un par de copas de ese delicioso néctar.

El pan lo han cambiado. Ahora sirven un pan de aceite ecológico de muy buena calidad. El pan anterior ya era muy bueno pero este aún aporta un plus de calidad más. Y es que no dejan ningún detalle al azar. Conociendo a Santi, no me extraña, la verdad.

Los petits fours fueron la roca de chocolate blanco y el chocolate explosivo (con peta zetas), muy buenos.

Buen café servido con diferentes tipos de azúcar.

Sólo me queda por decir que les deseo lo mejor, porque están trabajando muy duro en una época en que es difícil mantener un negocio como el suyo. Y lo hacen con gran profesionalidad, un trato excelente y muchas ganas de superarse a cada paso que dan. Espero impaciente es quincena de la trufa negra que promete mucho. A ver si hay suerte y me pilla por allí ;)

  • Arroz meloso de langosta

    Arroz meloso de langosta

  • Usuzukuri de sepia

    Usuzukuri de sepia

Fuimos desde Barcelona al restaurante SENTS,Ontinyent, para degustar el manjar que nos recomendo un amigo. La experiencia nos sorprendio muchisimo. Quien lo iba a decir que en un rincon de un pueblo de Valencia existia un restaurante de lujo como este. Os lo recomiendo a todos que estais por la zona o de paso. Vale la pena probar lo que nos prepara el chef, Santiago.

Probamos el menu SENTS, aunque no me acuerdo de todos los platos exquisitos que se nos presentaron en la mesa, pero cabria destacar unos cuantos que se me harian dificil olvidar esta experiencia como por ejemplo, la ensalada de lomo de atun con variedades diferentes de tomates,el langostino de Vinaros con alcachofa,el capuchino con molleja de cordero, el arroz con anguila ahumado. Los postres necesitan un apartado especial porque son excepcionales. Nos presentaron dos postres: primero una mezcla de citricos muy refrescante y otro con espuma de haba tonka, helado de vainilla de Tahiti....UN AUTENTICO LUJAZO, de verdad.
No podeis perder los postres que son especialidad de la casa.
Tienen tambien la bodega muy completa y de productos selectos, la explicacion y la seleccion de Joaquin acerto en todo.

En fin, esta experiencia se tiene que deleitar en directo y en vivo. No se puede explicar lo que se percibe por el paladar por escrito, solo hay que ir alli y probarlo.

Santiago,Joaquin, os animo a que sigais asi, ya vais por el buen camino.

El pasado sábado, animados por las buenas críticas, acudimos a Ontinyent desde Valencia a conocer Sents, mi mujer, mi hijo de 10 meses y yo. Lo primero que nos sorprendió fue el local, moderno pero cálido, impecable, augurio de los que nos esperaba. Nos recibió Joaquin (Chimo), maitre y sumiller quien nos acompañó toda la comida de manera inmejorable.
Mientras elegíamos nos sirvieron unos chips de tubérculos con una espuma tibia, perfectos para la cerveza belga que tomamos de aperitivo. Tras decantarnos por el menú degustación y una botella de Los Almendros 2009 (elegida en una carta-iPad), empezó el espectáculo.
Copas Zwiesel 1872 Gourmet Collection (the first, creo), para un gran vino de la zona, que si bien al principio se mostró algo cerrado, predominado los cueros y las notas de hojas secas, luego apareció la fruta para completar su expresión, siendo un buen compañero de mesa. El primer entrante fue un kumato en varias texturas, con parmesano, tataki de atún y soja. Un plato fresco y equilibrado muy bien presentado. Buenísimo el atún. Le siguió un capuccino de setas, mollejas de cordero y piñones: tras la sospecha inicial por su presentación en taza de capuchino, con su espuma templada, disfrutamos de este sabroso plato (taza!) de cuchara. Pero cuando pensábamos que ya nos habían sorprendido bastante, vino el arroz meloso de gambas con carpaccio de gambas. Uno de los mejores arroces que hemos probado nunca, con una presentación única. Postre de cremoso de chocolate negro, pannacotta de café, helado de café y espuma de leche. Un postre de capuchino en el que contrastan diferentes texturas, muy rico, acompañado por una copa de Olivares, dulce de monastrell (cortesía de la casa) . En este momento vino Santiago, chef de Sents, y empezamos a departir con los dos hermanos. Santi nos habló sobre sus viajes a Asia y sobre su pasión por la fusión de cocinas y Chimo nos enseño su cuidada bodega y las joyas que ha ido coleccionando en sus viajes. Cafés y petit fours. El último con sorpresa, muy grata y nostálgica. Para finalizar, dos Marc ... y se nos hicieron las siete de la tarde...Sin duda, repetiremos.

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